En España, el aumento del número de personas trabajadoras mayores en las empresas se ha debido al envejecimiento de la población y a la prolongación de la vida activa (en España la edad de jubilación son 66 años). Esto nos insta a poner el foco en este colectivo para poder entender sus características y necesidades. Solo así se pueden estudiar e implementar medidas que permitan a estas personas trabajadoras de mayor edad recibir el mismo nivel de protección que el resto.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de envejecimiento?
Cuando hablamos de envejecimiento no nos referimos exclusivamente a los años de vida de la persona o a una edad en concreto, sino al proceso de cambios físicos y psíquicos que se producen a partir de un momento determinado en el organismo de forma contundente. Se podría definir el envejecimiento como aquellos cambios en las capacidades sensoriales o cognitivas que pueden suponer limitaciones funcionales u orgánicas para el desempeño de algunas tareas de forma segura y saludable. Cabe señalar que estos cambios no son lineales ni uniformes en todas las personas y que su vinculación con la edad es relativa.
«El envejecimiento cambia la aptitud de algunas personas mayores, no la reduce».
Medidas de gestión de la edad
Adaptación de los puestos de trabajo
Es necesario que la empresa gestione el aumento progresivo de la edad media de sus empleados/as y la correspondiente evolución de sus aptitudes psicofisiológicas. En ocasiones son las propias condiciones de trabajo las que hacen “vieja” a una persona trabajadora, más que el declive de sus capacidades. La empresa debe valorar si es necesario rediseñar los puestos de trabajo para poder adaptarlos a las características de las personas de más edad. Adoptar esta medida puede contribuir a alargar la vida laboral de la persona y beneficiando de este modo a la empresa, que puede seguir contando con su experiencia.
¿Qué papel juega la prevención?
Muchos problemas del envejecimiento están directamente relacionados con la salud. Es por ello que los expertos en la materia sugieren tratar este problema a nivel primario y secundario:
a) El nivel primario consiste en dar a cada persona trabajadora la responsabilidad de cuidar de su salud y de esta forma poder mantener sus capacidades funcionales en el mejor estado posible.
b) El nivel secundario es el más relacionado con la empresa, y consiste en la vigilancia del estado de salud de las personas trabajadoras.
- Salud física: Posibles enfermedades, lesiones, etc. podrían ser detectadas a tiempo.
- Salud mental: la parte psicológica de la persona trabajadora también necesita control y gestión. Una persona trabajadora que ve que ya no puede realizar su trabajo como antes, o que ya no puede trabajar al mismo ritmo que antes, puede sufrir un estés considerable que agravará su nueva situación.
Medidas de salud y prevención
- Formar a las personas trabajadoras en materia de seguridad, salud y prevención
- Realizar chequeos de salud regulares
- Adaptar las condiciones de trabajo a las características y necesidades de cada persona trabajadora
Medidas de salud y prevención extra para el colectivo “mayor”:
- Reforzar la importancia de las revisiones médicas del trabajo
- Evaluar regularmente las habilidades y capacidades para el trabajo
- Evaluar su nivel de estrés
- Flexibilizar el tiempo de trabajo
- Diseño ergonómico de los puestos de trabajo
- Promocionar un cambio de actitud en las organizaciones de apoyo a la experiencia al mismo nivel que al talento joven
La adaptación de las condiciones de trabajo a sus peculiaridades, a menudo sencilla, puede constituir una herramienta esencial para evitar que estas sean especialmente hostiles a las personas trabajadoras mayores. Dicho esto, cabe decir que no existe legislación específica en relación con los/as empleados/as mayores o más veteranos/as, siendo de aplicación la legislación general en materia de prevención de riesgos laborales, salvo por alguna mención en guías técnicas o textos específicos.
La jubilación y trabajar después de la jubilación
Desde el 1 de enero de 2013, como se indica en la propia página de la Seguridad Social, la edad de acceso a la pensión de jubilación depende de la edad de la persona interesada y de las cotizaciones acumuladas a lo largo de su vida laboral. Así, la edad normal de jubilación en España se da entre los 66 y 67 años. Sin embargo, aquellos con al menos 65 años que acrediten un número específico de años cotizados podrán también solicitar la jubilación. Por esta razón, algunas personas optan por alargar su vida laboral a través de modalidades como la jubilación parcial, jubilación flexible y jubilación activa.
Por otro lado, también existen personas trabajadoras que, una vez llegada a la edad de jubilación, desean seguir desarrollando su actividad laboral en las mismas condiciones en las que lo han hecho hasta entonces. Estas personas ven mejorado el cálculo de su pensión como incentivo a la prolongación de su vida laboral.
En cualquiera de estos casos la empresa se puede encontrar con personal senior trabajando y aportando valor, y precisamente por ello deberá tener en cuenta sus necesidades.
Más detalles sobre las opciones de trabajo post jubilación
En el año en curso (2022), la edad legal de jubilación ordinaria está establecida en 66 años y dos meses, siempre que la persona trabajadora haya cotizado menos de 37 años y seis meses. El próximo año 2023, la edad ordinaria de jubilación subirá hasta los 66 años y 4 meses (para quienes hayan cotizado menos de 37 años y 9 meses). Tanto en 2022 como en 2023 seguirán pudiendo jubilarse a los 65 años aquellas personas que hayan cotizado 37 años y 9 meses o más. Hay que recordar que es condición necesaria en todos los casos haber cotizado un mínimo de 15 años, y que dos de ellos se hayan producido en los últimos 15 antes del acceso a la jubilación.
A pesar de retrasarse la edad de jubilación y que para algunas personas sea totalmente injusto y abusivo, para otras personas llegar a la edad de jubilación y tener que dejar de trabajar es horrible, pues se encuentran en plenas facultades, motivación y ánimo. Por lo que las empresas pueden ver que sus empleados/as deciden retrasar la jubilación.
Ventajas de posponer la jubilación
La persona que retrasa voluntariamente el momento de la jubilación percibirá un complemento económico en la pensión cuando decida jubilarse. Podrá elegir entre los siguientes supuestos:
- Un porcentaje adicional del 4% por cada año completo cotizado después de cumplir la edad ordinaria, lo que supondrá un aumento de la cuantía de la pensión.
- Una cantidad por año cotizado, que va a depender de los años que se haya cotizado cuando se llegue a la edad de jubilación (esta cantidad puede variar entre los 5000 y los 12000 euros, aproximadamente). Este ingreso se recibirá en el momento de la jubilación.
- Una combinación de ambas.
- Existe finalmente la posibilidad de acogerse a la jubilación activa y compatibilizar la realización de un trabajo por cuenta ajena o propia con la percepción de una parte proporcional de la pensión de jubilación contributiva.
Además, quien demore la jubilación estará exento de cotizar a la Seguridad Social, salvo por incapacidad temporal (baja laboral).
Ventajas para la empresa con personas trabajadoras en edad de jubilación
Las empresas estarán exentas de las cotizaciones por contingencias comunes de las personas trabajadoras que retrasen la jubilación, salvo por incapacidad temporal. Además, tendrán una reducción del 75% de la cotización durante la situación de incapacidad temporal de las personas que hayan cumplido 62 años.
Algunos de sus mejores activos en las empresas son los siguientes:
- Ventajas fiscales.
- Experiencia.
- Conocimiento.
- Capital humano que representan.
Papel de la Agencia Europea de Seguridad y Salud en el trabajo
El grupo de empleados/as mayores es objeto de interés específico por parte de la Agencia Europea de Seguridad y Salud en el trabajo. Se identifican como grupo de interés prioritario.
El interés en este grupo viene dado por los siguientes motivos:
- La seguridad y salud en el trabajo.
- La estructura de la población activa europea y los retos presentes y futuros del mercado de trabajo. El envejecimiento de la población activa implica un cambio en las estrategias de recursos humanos y nuevos enfoques. La futura competitividad de las empresas estará basada también en la productividad de las personas más mayores.
- Se percibe de manera creciente la edad como un factor discriminatorio en el mercado de trabajo. Los trabajadores mayores están experimentando de manera creciente desempleo de larga duración y un acceso inferior a la formación en el trabajo. Se promueven vías para reducir el impacto de las barreras de edad en el mercado de trabajo a menudo creadas y basadas en tópicos o clichés que no se ajustan a la realidad.
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