La prevención de riesgos laborales en los centros educativos es un aspecto fundamental para garantizar la seguridad y el bienestar tanto de las personas trabajadoras como del alumnado y la comunidad educativa en general.
La educación, valga la redundancia, desempeña un papel crucial en la concienciación y promoción de prácticas seguras en los centros educativos.
En este artículo, exploramos la importancia de la prevención de riesgos en el ámbito educativo y destacaremos las medidas clave que se deben implementar para crear entornos de trabajo seguros y saludables.
Riesgos laborales en el ámbito educativo
La profesión docente enfrenta riesgos constantemente. Aunque no sean tan evidentes como los encontrados en sectores más peligrosos, como la agricultura o la construcción, siguen siendo igualmente significativos.
Podemos mencionar los siguientes factores de riesgo:
- Caídas en el mismo nivel o desde alturas, así como impactos y golpes.
- Esfuerzos físicos excesivos y trastornos musculoesqueléticos: largas horas de pie, prolongados períodos de sentarse, agacharse repetidamente, entre otros.
- Problemas vocales: pérdida de voz, afonía, formación de nódulos en las cuerdas vocales.
- Problemas visuales derivados de la iluminación inadecuada o el uso constante de ordenadores.
- Ansiedad y estrés debido a la alta cantidad de alumnos/as en las aulas, falta de coordinación entre docentes, presión de los padres y madres. Esto puede manifestarse en síndromes como el burnout.
- Problemas psicológicos causados por el trato hostil recibido por parte de alumnos/as o compañeros/as, como el acoso laboral (mobbing).
Medidas clave para la prevención de riesgos en centros educativos
Debido a este tipo de riesgos que acabamos de presentar, es necesario plantearse qué medidas tomar para la prevención de riesgos laborales en centros educativos.
1. Identificación y evaluación de riesgos para una planificación preventiva
La prevención de riesgos en los centros educativos comienza con la identificación y evaluación de los posibles peligros presentes en los entornos de trabajo. Desde aulas hasta laboratorios y espacios al aire libre, cada lugar presenta sus propios riesgos potenciales. Así, es vital que la plantilla educativa y los responsables de la seguridad realicen evaluaciones exhaustivas de riesgos para detectar posibles amenazas, como cables desordenados, pisos resbaladizos o equipos defectuosos.
Al comprender y reconocer estos riesgos, se pueden tomar medidas proactivas para prevenir accidentes y lesiones. La planificación preventiva es una herramienta clave en este proceso.
Plan de Prevención de Riesgos Laborales
De este modo, se deben establecer protocolos y procedimientos claros para el manejo de situaciones de emergencia, así como la adquisición y mantenimiento adecuado de equipos de protección personal. Asimismo, es importante contar con planes de contingencia que contemplen posibles escenarios de riesgo y las acciones a seguir en cada caso.
Por estos y otros factores, el centro debe contar con un Plan de Prevención de Riesgos Laborales en su sistema de gestión del centro educativo. Esto debe hacerse siguiendo la normativa marcada por la Ley de PRL 31/1995. En concreto, los centros educativos deberán fijarse en el artículo 16:
La prevención de riesgos laborales deberá integrarse en el sistema general de gestión de la empresa, tanto en el conjunto de sus actividades como en todos los niveles jerárquicos de ésta, a través de la implantación y aplicación de un plan de prevención de riesgos laborales(…).
2. Concienciación y formación
La prevención de riesgos laborales en los centros educativos comienza por la concienciación y la formación de las personas trabajadoras. Es esencial que el personal (docente y no docente) esté debidamente informado sobre los posibles riesgos presentes en su entorno laboral y cuente con los conocimientos necesarios para identificarlos y prevenirlos.
La educación en seguridad debe ser un proceso continuo que abarque tanto a los nuevos miembros de la plantilla como a aquellos que ya llevan tiempo desempeñando sus funciones.
Por eso, se deben ofrecer programas de formación actualizados y hacer formaciones de reciclaje cuando haya pasado un tiempo determinado o se produzca algún cambio que la plantilla deba conocer.
Estas formaciones deben abordar aspectos como la ergonomía, el uso correcto de equipos, la manipulación de productos químicos y biológicos, así como la prevención de incendios y evacuaciones de emergencia. Además, es fundamental fomentar la adquisición de hábitos saludables y promover la importancia del autocuidado.
3. Mantenimiento y adecuación de las instalaciones
El mantenimiento regular de las instalaciones es esencial para prevenir riesgos laborales en los centros educativos. Los espacios de trabajo deben cumplir con las normativas de seguridad y salud establecidas, asegurando la correcta ventilación, iluminación y estado de las infraestructuras.
Además, es importante que se realicen inspecciones periódicas para identificar y corregir posibles deficiencias. Desde cables sueltos o suelos resbaladizos hasta los sistemas de climatización y el mobiliario, cualquier aspecto que represente un peligro potencial debe ser abordado de inmediato.
4. Ergonomía y bienestar
La ergonomía desempeña un papel vital en la prevención de riesgos laborales en los centros educativos. Dado que el personal educativo puede pasar largas horas en posición sedentaria o realizando tareas repetitivas, es fundamental proporcionar entornos ergonómicos y promover la adopción de posturas saludables.
Esto incluye la adecuación del mobiliario a las necesidades individuales, la promoción de pausas activas y la implementación de programas de ejercicio físico para mejorar la salud general y prevenir lesiones musculoesqueléticas.
5. Promoción de una cultura preventiva
La creación de una cultura preventiva es fundamental para mantener entornos laborales seguros y saludables en los centros educativos. Esto implica fomentar la participación activa de todas las personas trabajadoras en la identificación de riesgos y la implementación de medidas preventivas, pero también enseñar al alumnado.
De esta manera, es importante establecer canales de comunicación efectivos que permitan a las personas trabajadoras reportar situaciones de riesgo o sugerir mejoras en los procesos de trabajo. Además, se deben realizar reuniones periódicas para abordar temas de seguridad y promover la sensibilización hacia la prevención de riesgos laborales.
La prevención de riesgos laborales en el sector educativo requiere una cultura de seguridad sólida y la participación activa de todas las personas que se encuentran de forma regular en el centro.
Participación del alumnado
Para promover entre los/as estudiantes una mentalidad orientada a la prevención, es necesario seguir un enfoque metodológico creativo, entretenido y participativo. Este tipo de enseñanza facilita el logro de aprendizajes significativos.
Algunas formas de implementar este enfoque son las unidades de programación integradoras, talleres, proyectos o juegos, entre otras estrategias.
El alumnado debe comprender la importancia de los siguientes aspectos:
- Sustituir elementos que representen riesgos por otros que impliquen poco o ningún daño.
- Fomentar hábitos de vida saludables.
- Priorizar la protección colectiva sobre la individual.
- Evitar los riesgos siempre que sea posible.
6. Supervisión y seguimiento continuo
La supervisión y el seguimiento continuo permiten garantizar que las medidas de prevención se implementen efectivamente y se mantengan a lo largo del tiempo. Esto implica realizar inspecciones periódicas, evaluar la eficacia de los protocolos establecidos y tomar acciones correctivas cuando sea necesario.
Es importante contar con un sistema de registro de incidentes y accidentes laborales. Así se podrá analizar las causas y prevenir su recurrencia. La recopilación y análisis de datos permitirá identificar patrones y tendencias, lo que ayudará a mejorar la seguridad en los centros educativos.
7. Actuación en caso de emergencias
Al enfrentar una situación de emergencia, se debe conocer quiénes son las personas responsables ante cada situación:
- Jefe/a de emergencia: dirige, coordina y evalúa las necesidades durante la emergencia.
- Equipo de primera intervención (bomberos/as): responsables de combatir el fuego.
- Equipo de primeros auxilios: ayuda a las personas heridas.
- Centro de control de emergencia: comunicación con el exterior y con los equipos internos, alertando sobre lo sucedido.
- Resto del personal: debe evacuar de manera ordenada, priorizando la seguridad de los/as estudiantes, y colaborar con los/as demás compañeros/as siguiendo las instrucciones del jefe o jefa de emergencias.
Es fundamental que este plan de acción sea conocido por toda la comunidad educativa, con el objetivo de ponerlo en práctica a través de simulacros que permitan familiarizarse con las acciones a tomar en caso de una emergencia.
Formación en prevención de riesgos para el personal docente
En Digital Preventor nos preocupa que las personas trabajadoras reciban una formación de calidad y adecuada a sus puestos de trabajo. En este sentido, queremos ayudarte a entender cómo funciona la prevención de riesgos en los centros educativos.
Con nuestros cursos de prevención de riesgos para docentes (también riesgos psicosociales), tendrás una formación completa que incluye, entre otros aspectos, los siguientes:
- Mobiliario y equipos de enseñanza.
- Riesgos en clases de laboratorio y clases prácticas.
- Problemas con la voz. Medidas preventivas.
- Técnicas de modulación de voz.
- PVD – Docentes.
- Estrés y desgaste emocional en educadores.
- Gestión de conflictos en el aula.
Dado que la prevención de riesgos laborales en los centros educativos es un compromiso que debe ser asumido por todas las partes involucradas, consideramos que el primer paso para esto es recibir una adecuada formación.
La educación desempeña un papel fundamental en la concienciación y la adopción de prácticas seguras en el entorno laboral. Además, la implementación de medidas de prevención, la formación adecuada del personal y la promoción de una cultura preventiva son los elementos clave para garantizar entornos de trabajo seguros y saludables.
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