Picaduras, sarpullidos, infecciones, alergias… Lo que empieza como una molestia puede acabar en una baja médica evitable. Y lo más frustrante es que muchas veces todo habría quedado en nada con un par de gestos sencillos. Literalmente, cuestión de minutos.
En entornos donde se trabaja al aire libre —campos, montes, jardines, obras, zonas verdes—, la exposición a insectos y parásitos no es una excepción: es la norma. Y sin embargo, muchas de las medidas más efectivas siguen siendo las menos aplicadas.
Este artículo es una guía práctica que complementa al análisis anterior sobre cómo insectos y parásitos están generando un riesgo creciente en los entornos laborales al aire libre.
¡Toma nota de estas 10 acciones preventivas tan simples como efectivas!
1. ¿Qué me pongo para evitar que los bichos se me suban?
Ropa larga, cerrada y de colores claros. Puede parecer obvio, pero sigue siendo una de las principales barreras entre una persona y una picadura peligrosa. Los colores claros, además, facilitan detectar si algo camina sobre la ropa. Mete los pantalones dentro de los calcetines o las botas: estéticamente discutible, pero funcionalmente eficaz.
2. ¿Vale cualquier calzado?
No. Nada de deportivas finas o calzado abierto. Elige botas cerradas, resistentes al agua y con suela gruesa. En terrenos húmedos, mejor si son impermeables. Protegen tanto de insectos como de lesiones.
3. ¿Tengo que usar repelente incluso si no veo insectos?
Sí. Cuando los ves, ya estás tarde. El repelente es una medida activa. Aplícalo en piel expuesta y ropa (según indicaciones) y reaplica si sudas, pasas muchas horas expuesto o hay fricción con la ropa.
4. ¿Cada cuánto debo revisar mi cuerpo?
Idealmente, una vez durante la jornada y otra al final. Revisa ingles, axilas, detrás de las rodillas, cuello, nuca, cintura y tobillos. Las garrapatas buscan zonas cálidas, húmedas y poco visibles.
5. ¿Me puedo sentar en el suelo para descansar?
Mejor no. Evita sentarte directamente sobre el suelo, piedras, troncos o vegetación. Es hábitat de muchos artrópodos. Usa una esterilla, tela o asiento portátil.
6. ¿Qué hago si tengo que mover animales o restos vegetales?
Usa guantes. Siempre. Ya sea con animales o con ramas, hojarasca o herramientas en contacto con el suelo o la maleza. Con fauna viva, utiliza pinzas o herramientas específicas.
7. ¿El gorro sirve solo para el sol?
No. También reduce el riesgo de contacto con orugas, insectos voladores y garrapatas. Es especialmente importante en zonas boscosas o trabajos en altura.
8. ¿Hace falta formación específica para esto?
Sí, aunque sea básica. Conocer los vectores de la zona, las enfermedades asociadas y cómo actuar ante una picadura no es opcional: es prevención. Además, facilita la detección precoz de síntomas.
9. ¿Y si me pica algo o tengo contacto con un vector?
No lo ignores. Informa al responsable de prevención. Sigue el protocolo del servicio de PRL. Consulta al centro de salud si aparecen síntomas. Una garrapata mal retirada o una reacción alérgica sin tratar pueden complicarse.
10. ¿Y cuando llego a casa?
La prevención no acaba al fichar:
- Desvístete fuera del dormitorio o zonas comunes.
- Revisa bien la piel (otra vez).
- Dúchate con agua y jabón.
- Lava la ropa de trabajo a ≥ 60 °C para eliminar cualquier polizón.
Estos diez gestos no sustituyen un plan de prevención: lo refuerzan. Son medidas personales, sencillas, que cada trabajador puede aplicar a diario para reducir su riesgo. Y sobre todo, no son exclusivas del verano. Con el cambio climático, muchos vectores amplían su calendario. La prevención biológica será cada vez más constante en sectores al aire libre.
¿Todavía no has leído el análisis que explica por qué este tipo de exposiciones están aumentando en España y qué medidas colectivas pueden marcar la diferencia? Léelo aquí: una mirada completa al riesgo de exposición a parásitos e insectos en el trabajo.