Sí, aunque la normativa es general, debe aplicarse de forma específica a cada tipo de actividad ganadera, evaluando los riesgos concretos y adoptando medidas personalizadas.
¿Qué es un riesgo residual?
Es el nivel de riesgo que aún queda tras aplicar todas las medidas de prevención razonables. Debe ser gestionado y comunicado.



