Sí, aunque la normativa es general, debe aplicarse de forma específica a cada tipo de actividad ganadera, evaluando los riesgos concretos y adoptando medidas personalizadas.
¿Qué es un riesgo eléctrico?
Es el peligro de sufrir lesiones o daños debido a la electricidad, ya sea por contacto directo, arcos eléctricos o fallos de aislamiento.



