Permite conservar aromas, propiedades nutricionales y sabor sin añadir conservantes. Reduce el volumen, facilita el almacenaje, evita el desperdicio de excedentes estacionales y permite preparar caldos, mezclas o infusiones más duraderas. Es una técnica sostenible y económica que se adapta bien a menús saludables y funcionales.
¿Qué es un riesgo residual?
Es el nivel de riesgo que aún queda tras aplicar todas las medidas de prevención razonables. Debe ser gestionado y comunicado.