En el Día Mundial del Cáncer de Mama recordamos la importancia de educar y concienciar para prevenir, detectar y avanzar en la investigación de esta enfermedad. El cáncer de mama representa uno de los mayores problemas de salud pública en los países desarrollados, ya que es el tumor maligno más frecuente y la primera causa de muerte por cáncer en las mujeres.
Según datos publicados en 2022 por la Sociedad Española de Oncología Médica, el cáncer de mama es responsable de un 15,1% del total de defunciones por cáncer en mujeres. Por ello, aunque la tasa de supervivencia supera el 90% en detecciones tempranas, debemos seguir apoyando su investigación. Asimismo, debemos conocer y comprender la enfermedad para brindar a las personas que lo padecen la ayuda y el acompañamiento que necesitan. Precisamente a ello contribuyen la educación y la concienciación, dos de las herramientas más poderosas que tenemos para luchar contra el cáncer de mama.
Concienciación y formación para prevenir el cáncer de mama
La formación y la concienciación ayudan a prevenir el cáncer de mama y el cáncer en general. Veamos de qué maneras, mediante acciones formativas y de concienciación, podemos impactar en la prevención de esta enfermedad, reducir su gravedad y brindar apoyo a quienes la padecen o conviven con ella:
- Recibir información sobre los signos y síntomas del cáncer posibilita su detección temprana. Cuanto antes se detecte, mayores son las posibilidades de recibir un tratamiento exitoso.
- La concienciación y la formación pueden incluso motivar a la ciudadanía a adoptar hábitos de vida saludables que reducen el riesgo de cáncer.
- Comprender la importancia de someterse a exámenes médicos regulares facilita el acceso a servicios de atención médica de calidad. Esto puede ser especialmente relevante en regiones donde el acceso a la atención médica es limitado.
- Educar sobre la enfermedad ayuda a reducir el estigma relacionado con la enfermedad. Combatir la desinformación y los prejuicios puede contribuir a que se busque atención médica y un mejor apoyo emocional.
La formación y la concienciación sobre el cáncer son también vías para promocionar la investigación. Promueven la participación ciudadana en cuanto a captación de fondos destinados a la investigación para avanzar en tratamientos y terapias, y obliga que las entidades públicas y privadas colaboren. Además, la concienciación ayuda a la inclusión de quienes han sido diagnosticados, a que reciban la empatía y el apoyo que necesitan por parte del entorno familiar, laboral y de la sociedad en general.
Factores de riesgo del cáncer de mama
Los factores de riesgo son condiciones que incrementan la posibilidad de tener una enfermedad, pero tener un factor de riesgo no es condición suficiente para padecer la enfermedad. De hecho, en la mayor parte de los casos, la enfermedad aparece como consecuencia de varias causas a la vez.
Algunos factores de riesgo, como por ejemplo el tabaco, pueden favorecer diferentes tipos de tumores (cáncer de pulmón, cáncer de vejiga, etc.), mientras que otros son más específicos de un tipo de tumor. Es lo que ocurre, por ejemplo, con la exposición solar, considerado un factor de riesgo más específico del cáncer de piel.
Con respecto al cáncer de mama, entre el 10 y el 15% de los casos son de origen hereditario, y en el 50% de los casos no se reconoce ningún factor de riesgo. Esto quiere decir, que en el origen de la mayor parte de los tumores de mama interviene en gran medida el azar.
Sin embargo, hay determinados factores de riesgo que pueden hacer que la probabilidad de desarrollar la enfermedad a lo largo de la vida sea mayor. Los factores de riesgo del cáncer de mama se clasifican en dos grupos: modificables y no modificables.
Factores de riesgo modificables
Existen una serie de factores de riesgo que podemos modificar, y por tanto contribuir con ello a la prevención del desarrollo del cáncer de mama. Una vez más, necesitamos estar informadas sobre esos factores de riesgo para poder actuar en consecuencia. Estos son los relacionados con la descendencia, factores hormonales exógenos, así como el porcentaje de grasa corporal y el ejercicio físico.
Factores de riesgo no modificables
Los factores de riesgo no modificables son aquellos sobre los que no podemos actuar. Sin embargo, su conocimiento puede ayudar, como decíamos, a una detección temprana, o a recibir la atención médica adecuada. Estos factores son la edad, antecedentes familiares o genéticos, factores hormonales endógenos o enfermedades previas sobre la mama.
¿Podemos evitar situaciones de riesgo para prevenir el cáncer de mama?
Teniendo en cuenta los datos conocidos sobre el origen del cáncer de mama, y sabiendo que no podemos modificar todos los factores de riesgo que aumentan la probabilidad de desarrollar esta enfermedad, sí se pueden adoptar algunas de las medidas que la Asociación Española contra el Cáncer (AEEC) recomienda.
Cuidar la dieta
Llevar una dieta equilibrada, baja en grasas y rica en nutrientes ayuda en la prevención del cáncer de mama. Además, a través de nuestra alimentación podemos incorporar al organismo algunos compuestos que disminuyen el efecto cancerígeno de los compuestos químicos ambientales. Igualmente, podemos evitar alimentos que, por el contrario, aumentan el riesgo de desarrollar la enfermedad:
- El consumo de carotenoides (presente en alimentos como calabaza, mango, papaya, zanahoria, piña, melón, naranja, sandía, pimiento, brócoli, coles, espinaca, cebolla o pera, entre otros) disminuye el riesgo de cáncer de mama.
- Los lignanos, flavonoides presentes en las legumbres, contienen fitoestrógenos que disminuyen el riesgo de cáncer en mujeres postmenopáusicas.
- El consumo de más de 10 mg al día de isoflavonas de soja reduce el riesgo de cáncer de mama y el riesgo de recurrencia.
- La grasa saturada aumenta el riesgo de cáncer de mama y además implica un peor pronóstico de la enfermedad, por lo que la reducción en el consumo de grasa saturada y del peso corporal es una medida preventiva a considerar.
- Evitar el consumo de alcohol y tabaco. La asociación entre el consumo de estas sustancias y el cáncer está claramente establecida.
Actividad y ejercicio físico regular
La actividad y el ejercicio físico regular son factores protectores frente al cáncer de mama. Los mecanismos están aún en estudio, aunque existen varias hipótesis al respecto. Esta asociación se ha visto relacionada con la actividad física de intensidad moderada- alta, es decir, actividades como caminar a ritmo ligero, bailar, participar en juegos con niños o movilizar cargas medianas.
En pacientes con cáncer de mama el ejercicio de fuerza muscular ayuda a mantener la masa muscular, retrasar la aparición de osteoporosis y a tolerar mejor los tratamientos.
Hacerse autoexámenes y mamografías
Como decíamos, la detección temprana es clave, por lo que es conveniente realizar revisiones según las recomendaciones médicas. Las posibilidades de curación de los cánceres de mama que se detectan en su etapa más precoz son prácticamente del 100%. Cuanto antes se realice el diagnóstico, más probable será la curación de la enfermedad.
En la actualidad, se recomienda la realización de la mamografía bienal (cada 2 años) a mujeres entre 50-69 años. Esta recomendación es para mujeres asintomáticas y que no tengan factores de riesgo familiares o hereditarios, en cuyo caso lo conveniente es realizar el tipo de prueba apropiado para cada caso, según indicaciones médicas.
La educación, nuestro mejor aliado
El cáncer de mama afecta a millones de mujeres en todo el mundo. En Digital Preventor sabemos que si la educación y la concienciación son las herramientas más poderosas que tenemos para proteger la salud física y mental de las personas, también lo son para luchar contra el cáncer de mama.
La formación posibilita la detección temprana y orienta en la adopción de hábitos y medidas que ayudan a la prevención, pero tiene también otros efectos muy positivos que debemos tener presentes. Y es que la formación repercutirá también en la experiencia vital de las personas afectadas por la enfermedad. La formación reduce posibles prejuicios en torno al cáncer de mama y promueve valores, como la empatía y el apoyo, que las personas que padecen la enfermedad necesitan.
Por ello, hemos diseñado un curso para facilitar la convivencia con el cáncer en el lugar de trabajo. Todo lo que recaudemos con la venta de estas formaciones, hoy y siempre, será donado a la Asociación Española Contra el Cáncer, de manera que tu empresa estará colaborando doblemente en la lucha contra el cáncer de mama: generando un ambiente laboral inclusivo e informado, pero también apoyando económicamente la investigación de la enfermedad y sus tratamientos. Puedes reservar ya la formación «Convivir con el cáncer en la oficina».
Contacta con nosotros, si tienes alguna duda. Seguro que podemos orientarte.
Fuentes consultadas: Sociedad Española de Oncología Médica y Asociación Española contra el Cáncer.