Las señales de seguridad son una de las herramientas más básicas y visibles en la prevención de riesgos laborales. Están por todas partes: en las fábricas, en las oficinas, en las obras, incluso en la calle. Pero… ¿realmente cumplen siempre su función?
Si fueran infalibles, no veríamos accidentes causados por trabajadores que «no vieron la señal» o «no la entendieron». Y, sin embargo, esto ocurre más de lo que nos gustaría. ¿Por qué? La respuesta no es tan simple como parece: la psicología, el diseño y la forma en que las utilizamos juegan un papel clave en su efectividad.
En este artículo, exploramos por qué las señales de seguridad a veces fallan y qué podemos hacer para mejorar su impacto.
La psicología detrás de las señales de seguridad
Las señales de seguridad no funcionan solo porque sí. Para que cumplan su propósito, deben captar la atención, ser comprendidas en segundos y generar una respuesta adecuada. Pero nuestro cerebro no siempre procesa la información de la manera que esperamos.
Algunos factores psicológicos que afectan su efectividad incluyen:
Ceguera por habituación: Si vemos la misma señal todos los días, llega un punto en que dejamos de prestarle atención. Se vuelve «invisible». Es lo mismo que ocurre con los anuncios publicitarios: al principio los notas, pero con el tiempo los ignoras.
Sobrecarga de información: Una señal con demasiado texto, colores mal elegidos o símbolos confusos puede ser difícil de procesar en poco tiempo, lo que hace que su mensaje se pierda.
Factores emocionales y culturales: No todo el mundo interpreta los símbolos o colores de la misma manera. Un cartel que en un país significa «peligro» puede no generar la misma reacción en otro. Además, la experiencia previa de cada persona influye en cómo percibe la señal.
Errores comunes en las señales de seguridad
Incluso la mejor intención puede quedar anulada si la señalización no está bien diseñada o colocada. Aquí algunos errores habituales:
Ubicación incorrecta: No sirve de nada una señal si está demasiado alta, en un rincón poco visible o en una zona donde hay demasiadas distracciones.
Demasiadas señales juntas: Un espacio lleno de carteles pierde efectividad porque la información se satura. ¿Has entrado alguna vez en un pasillo lleno de avisos pegados en la pared? Probablemente no recuerdes ninguno en particular.
Falta de coherencia en el diseño: Si cada señal tiene un estilo diferente (colores, tipografía, iconos), es más difícil procesarlas de forma rápida y automática.
Mensajes poco claros: “Atención, riesgo biológico nivel 3 en zona de bioseguridad nivel 2 con protocolo tipo A”. ¿Entendido? Probablemente no. Un mensaje debe ser claro y directo.
Señales desgastadas o mal mantenidas: Si un cartel está sucio, roto o decolorado, es probable que pase desapercibido o se interprete mal.
Cómo hacer que las señales de seguridad realmente funcionen
Si queremos que las señales de seguridad sean efectivas, necesitamos optimizarlas con principios de psicología y comunicación visual. Aquí algunos consejos clave:
Simplicidad ante todo: Un buen diseño debe transmitir el mensaje en el menor tiempo posible. Usa iconos reconocibles y texto breve.
Contrastes adecuados: Los colores estándar (rojo para peligro, amarillo para precaución, verde para seguridad) deben aplicarse de manera clara y sin variaciones innecesarias.
Ubicación estratégica: Coloca las señales en puntos clave donde realmente se necesiten y sean fáciles de ver.
Renovación periódica: Para evitar la ceguera por habituación, se recomienda actualizar el diseño o reubicar algunas señales sin perder su significado original.
Formación y concienciación: No basta con poner señales, hay que enseñar a interpretarlas y reaccionar ante ellas. La prevención de riesgos laborales es una combinación de señalización y cultura de seguridad.
Las señales de seguridad son una herramienta fundamental en la prevención de riesgos, pero su efectividad no está garantizada solo por el hecho de colocarlas. Para que realmente funcionen, deben estar bien diseñadas, ubicadas estratégicamente y reforzadas con formación adecuada.
¿La clave? Entender que no basta con que una señal esté presente: debe ser vista, comprendida y generar la reacción adecuada.
Una buena señalización es solo el primer paso. La formación en prevención de riesgos laborales es clave para que los trabajadores identifiquen y respondan correctamente a las advertencias.
¿Quieres mejorar la seguridad en tu empresa? Descubre nuestras formaciones en PRL y aprende cómo optimizar la señalización y la cultura preventiva en tu equipo. Solicita información sin compromiso.