La prevención de riesgos laborales está viviendo un momento de transformación. Tanto el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) como la Inspección de Trabajo refuerzan la necesidad de construir entornos laborales más seguros, saludables y participativos.
Esto implica mayor control, más inspecciones y un enfoque más exigente. Las empresas deben demostrar no solo que tienen todo en regla, sino que aplican la prevención de forma eficaz y adaptada a su realidad. En este artículo resumimos los principales cambios que ya están en marcha y qué pueden hacer las empresas para adaptarse.
¿Qué está cambiando?
El contexto actual —con más foco en la salud mental, la digitalización, la igualdad, el impacto climático y los nuevos modelos de trabajo— está transformando la forma de gestionar la prevención.
Las cifras de siniestralidad siguen siendo altas, y eso ha puesto en marcha un refuerzo institucional para impulsar una prevención más real y menos formal.
Las nuevas directrices apuntan en tres direcciones clave:
- Más formación útil y trazable.
- Evaluaciones mejor adaptadas a la realidad.
- Una coordinación clara entre todos los actores.
Repasamos a continuación las principales áreas de cambio.
1. La salud mental y riesgos psicosociales
La salud mental ha pasado a ocupar un lugar central en la prevención de riesgos laborales. El estrés, la carga mental, la falta de desconexión o los conflictos interpersonales son riesgos que afectan directamente al bienestar y al rendimiento de los trabajadores.
El INSST y la Inspección de Trabajo lo han situado como prioridad en sus planes de actuación. Las empresas deben evaluar los factores psicosociales con herramientas válidas, implicar al equipo en el análisis, aplicar medidas concretas y hacer seguimiento.
También es clave formar a mandos y responsables para que detecten señales de malestar, gestionen desde el liderazgo saludable y fomenten entornos laborales seguros, participativos y sostenibles.
2. Teletrabajo y desconexión digital
El trabajo remoto y los modelos híbridos requieren nuevas medidas preventivas.
Hay que tener en cuenta la ergonomía en casa, la organización del tiempo, la fatiga digital y el derecho a la desconexión fuera del horario laboral.
Esto exige revisar evaluaciones de riesgos, adaptar formaciones y sensibilizar a los equipos para que puedan cuidarse también cuando trabajan a distancia.
3. Igualdad, diversidad e inclusión
La prevención debe tener en cuenta factores como el sexo, la edad, la discapacidad o la situación personal.
El INSST lo ha reforzado con estudios prácticos sobre cómo integrar la PRL en los Planes de Igualdad, y se espera que la próxima reforma de la Ley 31/1995 lo recoja de forma más explícita.
Incluir esta perspectiva en evaluaciones, formaciones y medidas preventivas no es solo una cuestión legal, sino de equidad y eficacia.
4. Impacto del cambio climático
Las condiciones climáticas extremas están afectando a la seguridad laboral, sobre todo en sectores como construcción, agricultura o logística.
Las empresas deben incorporar este riesgo en sus evaluaciones, adaptar horarios, reforzar medidas de protección, actualizar planes de emergencia y formar a los equipos sobre cómo actuar ante episodios de calor, tormentas o inundaciones.
5. Digitalización de la prevención
Además de introducir nuevos riesgos (pantallas, vigilancia, automatización), la digitalización obliga a modernizar la gestión preventiva.
Contar con sistemas que permitan planificar, registrar, hacer seguimiento y acreditar todo lo relacionado con PRL es cada vez más importante.
La trazabilidad en muchas inspecciones es lo que marca la diferencia.
6. Más control por parte de la Inspección de Trabajo
La Inspección de Trabajo ha reforzado su estrategia en materia de seguridad y salud laboral, con más actuaciones planificadas y mejor orientadas para garantizar la aplicación real y efectiva de la PRL.
Las áreas con mayor foco son:
- Formación e información PRL, asegurando que sean específicas, actualizadas y útiles, y que lleguen a todas las personas trabajadoras según su puesto, sus funciones y los riesgos a los que están expuestas. Se prestará también atención a los nuevos riesgos y a los nuevos escenarios laborales, donde cobran peso los psicosociales, el teletrabajo o la exposición digital.
- Evaluaciones de riesgos actualizadas y adaptadas a cada puesto y con medidas efectivamente implantadas, incluyendo los trastornos musculoesqueléticos (TME) y los riesgos psicosociales.
- Vigilancia de la salud, con protocolos bien configurados, seguimiento de casos y detección de enfermedades profesionales no declaradas.
- Investigación de accidentes y otros daños, garantizando un análisis real de causas y la aplicación de medidas correctoras con verificación de eficacia.
- Coordinación entre empresas con roles definidos, documentación coherente y trazabilidad completa de las actuaciones preventivas.
Cómo prepararse para estos cambios
Los cambios en materia de PRL ya están en marcha. Revisar cómo se gestiona la prevención, implicar a los equipos y actualizar la formación son pasos esenciales para responder a las nuevas exigencias.
Aquí algunas acciones clave:
- Revisa tu plan de prevención. ¿Sigue reflejando la realidad actual de tu empresa?
- Evalúa los riesgos psicosociales con metodologías actuales y participación de la plantilla.
- Refuerza la vigilancia de la salud y convierte la investigación de accidentes en una herramienta de mejora.
- Adapta la formación: que sea útil, específica para cada puesto y fácil de demostrar.
- Digitaliza la gestión preventiva para mejorar el control y la trazabilidad.
- Forma a mandos y responsables para que integren la prevención en su liderazgo diario y fomenten la participación activa de los equipos.
En Digital Preventor acompañamos a las organizaciones en este proceso de cambio. A través de formación digital accesible y contenidos e-learning adaptados a cada necesidad, que ayudan a integrar la prevención en el día a día.
Fuentes consultadas:
Plan de Acción 2025–2027 de la Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo y Plan Estratégico de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social 2025–2027. “Nuevos tiempos, nuevas formas de actuación”.




