Lo que vamos a compartir es una historia real que, aunque pueda resultar difícil de creer, sucede con más frecuencia de lo que debería. Como empresa, uno de los compromisos más importantes es garantizar la seguridad de todas las personas trabajadoras, especialmente en aquellos entornos donde los riesgos son mayores. Implementar protocolos de seguridad efectivos no es una opción, sino una necesidad para proteger a quienes, día tras día, enfrentan esos desafíos con la confianza de que su bienestar está asegurado.
Sin embargo, por falta de supervisión o, en algunos casos, por simple negligencia, se generan situaciones que ponen en grave peligro la vida de los empleados y empleadas.
«Limpia esa máquina»
Un trabajador llega a su primer día de trabajo en una planta de elaboración. Apenas sin mediar palabra, su encargado se le acerca, señala una máquina grande y compleja y le ordena: «Limpia esa máquina». Sin más explicaciones. Sin información ni formación sobre los riesgos o instrucciones de cómo realizar la tarea de manera segura. Tampoco ha recibido indicaciones sobre el uso de equipos de protección individual (EPIs). Peor aún, el trabajador debe buscarlos por su cuenta en un almacén desorganizado, donde encuentra equipos usados y de tallas inadecuadas.
El segundo día la situación empeora. Se le pide limpiar otra máquina, esta vez en altura. La única medida de seguridad: un arnés. El trabajador, sintiéndose inseguro, no sabe cómo proceder. Cuando llega el tercer día, recibe la orden de manipular productos químicos sin recibir formación previa ni advertencias sobre los riesgos. Al no contar con medidas de seguridad, el trabajador se niega a realizar la tarea y finalmente decide dejar el trabajo para proteger su vida.
Aunque esta historia parezca sorprendente, se repite con demasiada frecuencia, y las consecuencias pueden ser devastadoras tanto para los empleados como para las empresas.
La importancia de formar e informar
Uno de los mayores riesgos en la prevención de accidentes laborales es la falta de formación e información adecuada. Cada trabajador debe recibir formación específica para su puesto y sus tareas, además de conocer los riesgos y cómo prevenirlos. Esta formación no debe ser puntual, sino continua para asegurar su adaptación a los cambios en el entorno laboral y a la incorporación de nuevas tecnologías o procedimientos.
Los EPIs juegan un papel fundamental en la protección de los trabajadores. La normativa establece las condiciones que deben cumplir los EPIs, su mantenimiento y el deber de formación sobre su uso. El empresario tiene la obligación de:
- Informar a los trabajadores sobre los riesgos que protegen los EPIs.
- Garantizar que los empleados sepan cómo utilizarlos correctamente.
- Realizar sesiones de formación para asegurar su uso adecuado.
Los trabajadores, por su parte, deben usar y cuidar los EPIs, colocarlos en los espacios adecuados tras su uso e informar sobre cualquier anomalía.
Protocolos claros y supervisión
Toda actividad relacionada con el uso de maquinaria debe seguir protocolos claros, que incluyan instrucciones detalladas y las medidas de seguridad necesarias. La supervisión es crucial; los responsables deben asegurarse de que estos protocolos se cumplan y actuar rápidamente ante cualquier irregularidad.
En el caso de la limpieza de maquinaria, la falta de instrucciones claras y de equipos adecuados eleva el riesgo de accidentes. Los peligros, como atrapamientos, cortes o exposición a productos químicos, aumentan considerablemente si no se toman las medidas adecuadas.
El entorno, un riesgo adicional
El entorno laboral también presenta peligros. El ruido excesivo, por ejemplo, dificulta la comunicación y aumenta el riesgo de accidentes. Además, hay riesgos eléctricos, superficies resbaladizas o el uso de calzado inadecuado, que pueden agravar las condiciones de trabajo.
No garantizar un entorno seguro es una irresponsabilidad que puede acarrear sanciones graves y, lo más importante, pérdidas humanas irreparables.
¿Qué sucede cuando no cumples las normativas de seguridad?
La Ley de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL) establece en su artículo 42 que «el incumplimiento por los empresarios de sus obligaciones en materia de prevención de riesgos laborales dará lugar a responsabilidades administrativas, así como en su caso, a responsabilidades penales y a las civiles por los daños y perjuicios que puedan derivarse de dicho incumplimiento».
Negar a un trabajador la formación y los EPIs necesarios es no solo una violación de la ley, sino también una irresponsabilidad moral.
En España, más de 360 personas perdieron la vida en accidentes laborales en el primer semestre de 2024. Estas cifras reflejan el impacto que la falta de prevención puede tener. No se trata solo de números; son personas con familias, cuyas vidas se han visto truncadas por la falta de seguridad.
Cuida la PRL, cuida tu empresa
La seguridad de los empleados y empleadas es responsabilidad del empresario. Esto incluye prevenir riesgos, implementar medidas protectoras y asegurarse de que se cumplen.
Para ello:
- Implementa protocolos claros de seguridad y supervisa su cumplimiento.
- Forma e informa adecuadamente a todos los trabajadores.
- Asegúrate de que los EPIs sean adecuados y estén en perfecto estado.
- Mantén un entorno de trabajo seguro.
- Involucra a toda la organización en la promoción de la seguridad.
Una empresa que prioriza la seguridad laboral garantiza el bienestar de sus empleados y asegura la continuidad de sus operaciones.
En Digital Preventor trabajamos junto a los responsables de prevención para ofrecer contenidos formativos adaptados a las necesidades de cada sector. Nuestro objetivo es ayudarte a prevenir situaciones como la que hemos contado y asegurar que cada persona esté capacitada y protegida en su trabajo.
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