A pesar de que las leyes prohíben que una mujer cobre menos que un hombre por realizar el mismo trabajo, la igualdad salarial sigue siendo una meta lejana en nuestro país y en todo el mundo. En España, el salario promedio anual femenino es unos 5.000 euros inferior al masculino, con una brecha salarial del 18,7%. Esta diferencia, que a nivel mundial ronda el 20%, apenas ha variado en los últimos años.
La brecha salarial no solo afecta el presente de las mujeres trabajadoras, sino que se proyecta a lo largo de toda su vida, y se agrava con la edad. Esto repercute directamente en la capacidad económica de las mujeres para satisfacer sus necesidades vitales, y contribuye a perpetuar la desigualdad. Por ejemplo, una mujer jubilada que haya tenido ingresos más bajos durante toda su vida laboral tendrá menos pensión que sus compañeros hombres.
Hoy, 18 de septiembre, Día Internacional de la Igualdad Salarial, reflexionamos sobre esta injusticia. Si es ilegal pagar menos a una mujer por el mismo trabajo que un hombre, ¿qué está ocurriendo? ¿Cuáles son los factores que perpetúan esta desigualdad? Factores estructurales del mercado laboral y decisiones que, en muchos casos, se basan en sesgos inconscientes, contribuyen a mantener esta brecha abierta. Debemos asegurarnos de que la formación en igualdad de género llegue a quienes toman decisiones clave en las empresas: directivos, responsables de recursos humanos y líderes de equipo. Sin una formación adecuada, estos sesgos y desigualdades seguirán presentes.
¿Por qué sigue existiendo la brecha salarial?
Aunque la igualdad salarial está protegida por ley, las diferencias entre los sueldos de hombres y mujeres no son siempre directas. En muchos casos, provienen de una serie de factores estructurales e invisibles que se suman a lo largo de la carrera profesional de las mujeres. Estos factores no son siempre intencionales, pero el resultado final sigue siendo una disparidad en el salario que perjudica a las mujeres de manera significativa.
La penalización de la maternidad
Uno de los factores más conocidos es la discriminación que sufren muchas mujeres por ser madres, o incluso por la posibilidad de serlo en el futuro. Aunque este tipo de preguntas ya no se hacen abiertamente en entrevistas de trabajo, la realidad es que las mujeres siguen siendo penalizadas por el hecho de ser madres. Muchas veces se les asignan contratos menos estables o se las excluye de promociones y oportunidades por la falsa creencia de que serán menos productivas. Formar a responsables y equipos en perspectiva de género ayuda a eliminar estos prejuicios y a tomar decisiones más justas.
Sectores feminizados con menor valor
Los trabajos tradicionalmente ocupados por mujeres, como los cuidados, la enseñanza o el comercio, siguen estando menos valorados económicamente que otros sectores donde predominan los hombres, como la tecnología o la ingeniería. A pesar de ser trabajos esenciales para la sociedad, el salario en estos sectores tiende a ser más bajo.
Segregación por responsabilidades de cuidados
En muchas familias, sigue siendo la mujer quien asume la mayor parte de las responsabilidades del hogar y el cuidado de los hijos. Las mujeres realizan diariamente tres horas más de trabajo de cuidados que los hombres a escala mundial, lo que las lleva a optar por trabajos a tiempo parcial o jornadas reducidas: 7 de cada 10 personas que trabajan a tiempo parcial son mujeres. Estos empleos suelen ofrecer salarios más bajos y menos posibilidades de ascenso, lo que afecta directamente al sueldo de las mujeres.
Complementos salariales invisibles
En muchas empresas, los hombres tienden a recibir más complementos salariales, como bonificaciones, horas extras o incentivos por desempeño, ya sea porque ocupan más posiciones de responsabilidad o porque sus evaluaciones tienden a ser menos subjetivas. Las mujeres, aunque realizan el mismo trabajo, a menudo no acceden a estos complementos de la misma manera. El dato de que mujeres directoras en la Unión Europea ganen un 23% menos que sus colegas hombres (EUROSTAT) refleja que esta desigualdad persiste incluso en posiciones de liderazgo. Con formación especializada, los equipos de recursos humanos pueden aprender a detectar estas desigualdades y tomar medidas para que los complementos salariales se otorguen de manera equitativa y justa, basándose únicamente en el mérito.
El inmenso coste de la inacción en materia de igualdad
Según datos del último informe de ONU Mujeres, la desigualdad de género provoca enormes pérdidas económicas a nivel global. Sin embargo, al ritmo actual, tardaremos más de 257 años en eliminar la brecha de género. Como bien señaló el Secretario General Adjunto de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas, “el costo de la inacción en materia de igualdad de género es inmenso y los beneficios de alcanzarla son demasiado grandes como para pasarlos por alto”.
Cerrar la brecha salarial no es solo una cuestión de justicia; también es una oportunidad para crear entornos laborales más diversos, equitativos y productivos. Debemos comenzar por la base: la formación en igualdad de género. Este es el primer paso para erradicar los pequeños sesgos invisibles que, sin darnos cuenta, perpetúan las desigualdades.
Formación en igualdad
En Digital Preventor diseñamos cursos específicamente diseñados para tratar estos y otros aspectos que perpetúan la brecha salarial. Entre nuestros programas más destacados se encuentran:
- Igualdad en el ámbito laboral: Proporciona las claves para identificar y eliminar los sesgos de género en el entorno de trabajo, asegurando un trato justo y equitativo entre hombres y mujeres.
- Recursos Humanos y perspectiva de género: Enseña a los responsables de recursos humanos a aplicar la igualdad de género en todas sus decisiones, desde la contratación hasta la asignación de proyectos o promociones.
- La mujer en el ámbito laboral: Analiza los retos y barreras que enfrentan las mujeres en el mundo laboral, ofreciendo herramientas para crear entornos que faciliten la igualdad de oportunidades.
Además, adaptamos nuestros programas a las necesidades específicas de cada empresa para ofrecer una formación personalizada que se ajuste a la realidad de cada entorno laboral.
¡Empecemos hoy a construir un futuro más igualitario para todos!
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