El burnout, o síndrome de estar quemado por el trabajo, se ha convertido en una amenaza silenciosa que afecta a un número alarmante de trabajadores en todo el mundo. En España, la situación es particularmente preocupante: según el estudio Global Workforce of the Future 2023 elaborado por el grupo Adecco, 7 de cada 10 personas que trabajan han experimentado síntomas de burnout.
El burnout no solo representa un problema para la salud física y mental de los trabajadores, sino que también tiene un impacto negativo en la productividad, el rendimiento y la competitividad de las empresas. Los trabajadores agotados y desmotivados son menos productivos, cometen más errores y tienen una mayor probabilidad de ausentarse del trabajo.
La alta incidencia del burnout en España indica que, a pesar de reconocer su existencia, no se están tomando todavía las medidas necesarias para abordarlo en el ámbito empresarial. Es urgente comprender el burnout, conocer sus causas, estar capacitado para reconocer sus síntomas y adoptar medidas para protegerse frente a los factores de riesgo.
En este artículo, profundizaremos en el burnout: Explicaremos las causas que lo provocan y proporcionaremos claves para prevenirlo, así como herramientas para detectar a tiempo este problema creciente que afecta al bienestar de los trabajadores y a la competitividad de las empresas.
Desentrañando el burnout: desde una visión individualista hasta una enfermedad de origen laboral
La evolución del concepto de burnout ha ido desde una visión individualista que culpabilizaba al trabajador hasta un enfoque que reconoce la influencia del entorno laboral y la importancia de la prevención.
Desde su conceptualización en los años 70, el término fue tomando forma con las contribuciones de Cristina Maslach y otros académicos que ampliaron la comprensión del burnout al reconocer:
Que no se limitaba a las profesiones centradas en el trabajo con personas, sino que podía manifestarse en diversos entornos laborales caracterizados por demandas psicológicas excesivas.
La importancia de las condiciones laborales y la intervención organizacional para abordar el burnout.
El síndrome de burnout, una enfermedad de origen laboral, reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS)
El burnout es una enfermedad de origen laboral reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que se caracteriza por agotamiento físico y mental, distanciamiento emocional del trabajo y sentimientos negativos hacia él, y sensación de ineficacia y falta de realización. Su reconocimiento como enfermedad laboral permite abordarlo desde la perspectiva de los riesgos psicosociales en el trabajo, enfatizando la responsabilidad del entorno laboral en su prevención y gestión. Se trata de un síndrome que es consecuencia de la exposición a unas determinadas condiciones de trabajo y no de la personalidad del individuo.
En definitiva, el burnout es un problema complejo que requiere ser abordado desde la perspectiva de la salud laboral y la organización del trabajo y que, si bien es más frecuente en profesiones del ámbito sanitario, educativo y trabajo social, puede afectar a cualquier persona en cualquier tipo de trabajo.
Las causas del burnout: la historia de Julián y su reflejo en la realidad laboral
Julián, un experimentado profesional con una gran pasión por su trabajo, se incorporó a una empresa con la ilusión de poner en práctica sus conocimientos y habilidades. Su entrega y entusiasmo eran contagiosos, y rápidamente se convirtió en un miembro valioso del equipo. Sin embargo, con el paso del tiempo, su entusiasmo comenzó a disminuir y su rendimiento se vio afectado. Se sentía agotado, desmotivado y sin control sobre su trabajo. ¿Qué había pasado? La historia de Julián nos revela una serie de factores que contribuyeron a su burnout:
Exceso de trabajo y falta de recursos
Se le asignaron proyectos que excedían su capacidad y la del equipo, sin la debida dotación de personal ni recursos. Esto lo obligó a trabajar largas horas y asumir responsabilidades adicionales, lo que generó una sobrecarga de trabajo.
Falta de control y autonomía
No se le brindó la autonomía necesaria para gestionar sus proyectos de manera efectiva. Además, tuvo que asumir la realización de nuevas tareas que no dominaba, sin posibilidad de delegarlas, lo que le llevó a cometer errores y sentir falta de control sobre su trabajo. Esto generó una sensación de frustración e impotencia, ya que no podía controlar su carga de trabajo ni sus óptimos resultados.
Desequilibrio entre vida laboral y personal
La sobrecarga de trabajo y la falta de control sobre su tiempo libre le imposibilitaron dedicar tiempo a actividades personales y familiares. Esto generó un desequilibrio en su vida que afectó negativamente su salud mental y física.
Cultura organizacional inadecuada
La empresa en la que trabajaba Julián no promovía una cultura seguridad. Esto impidió que se abordaran los riesgos psicosociales o se implementaran medidas preventivas para el burnout, como por ejemplo: brindar a sus trabajadores el apoyo necesario para sacar adelante un proyecto desafiante; asegurar una carga de trabajo razonable y evitar la presión excesiva sobre los trabajadores. Además, Julián no recibió ningún tipo de formación que le permitiera detectar los riesgos y abordarlos a tiempo.
Es importante destacar que, si bien la historia de Julián no refleja todas las posibles causas del burnout, sí nos muestra cómo una combinación de factores puede afectar negativamente el bienestar de un trabajador hasta causarle una enfermedad.
Otras causas del burnout que no se ilustran en la historia de Julián incluyen:
Falta de reconocimiento y valoración
No recibir el reconocimiento o la valoración adecuada por su trabajo puede generar sentimientos de desvalorización e insatisfacción. La falta de reconocimiento incluye también la falta de oportunidades de promoción y formación y la baja remuneración.
Inestabilidad y precariedad laboral
El miedo a perder el trabajo, la incertidumbre sobre el futuro laboral y la falta de seguridad económica pueden generar un gran estrés y ansiedad, lo que aumenta el riesgo de burnout.
Clima laboral negativo y toxicidad
Un ambiente de trabajo hostil, lleno de conflictos, rumores, chismes y falta de respeto puede generar un gran malestar emocional y estrés, lo que aumenta significativamente el riesgo de burnout, especialmente si las personas no reciben capacitación para abordar este tipo de situaciones.
El burnout: un proceso progresivo que avanza en etapas
El síndrome de burnout no es una condición estática, sino que evoluciona a través de varias fases progresivas:
Fase de entusiasmo: En esta etapa inicial, la persona se muestra comprometida y motivada en su trabajo. Por lo general, se muestra dispuesta a hacer un esfuerzo adicional y trabaja con mucha energía.
Fase de estancamiento: A medida que el tiempo pasa y las demandas laborales se acumulan, la persona puede comenzar a experimentar cierto agotamiento, pero aún así puede mantener un nivel razonable de rendimiento. En esta fase, el equilibrio entre la vida laboral y personal comienza a tambalearse y los primeros signos de estrés empiezan a aparecer.
Fase de frustración: En esta etapa, los síntomas del burnout se vuelven más evidentes. La persona empieza a sentirse abrumada por el trabajo, experimentar fatiga constante y notar una disminución en la calidad de su desempeño laboral. La motivación disminuye y la sensación de agotamiento emocional comienza a afectar a las relaciones con el entorno. El entusiasmo inicial se desvanece.
Fase de agotamiento total: Esta es la fase más avanzada del síndrome del burnout. La persona se siente completamente agotada, tanto física como emocionalmente. Los síntomas son graves y puede llegar a experimentar una profunda despersonalización, siendo incapaz de conectarse con los demás en el trabajo. La apatía es alta y el sentido de realización personal se ha desvanecido por completo. En algunos casos, esto puede llevar a la depresión clínica u otras patologías de salud mental.
No todas las personas siguen estas fases de manera lineal, ni todas tienen necesariamente que llegar a la fase de agotamiento total, pero conocer estas etapas, sin embargo, nos permite la identificación y prevención.
Señales de alerta que delatan al burnout
Es importante observar y saber identificar señales que nos van a alertar de que alguien está en una etapa avanzada del síndrome de burnout. En el caso de Julián, por ejemplo, esas señales podrían ser:
Agotamiento físico y emocional: Julián se siente exhausto, tanto física como mentalmente. Le cuesta conciliar el sueño y no consigue un descanso de calidad.
Desmotivación: Ha perdido el interés en su trabajo y ya no siente la misma satisfacción que antes. Todos sus compañeros lo notan y le preguntan por su estado, les resulta extraño su cambio de actitud y su repentina negatividad.
Falta de control: Siente que no tiene control sobre su trabajo ni sobre su tiempo. Ni un solo día consigue volver a casa con la pacífica sensación del trabajo terminado y bien hecho.
Desequilibrio entre la vida laboral y personal: Su vida laboral ha invadido su vida personal, afectando sus relaciones y su bienestar general. Ha tenido que dejar algunos de sus hábitos saludables, como sus clases de yoga y salidas a la naturaleza y ya ni siquiera tiene tiempo de ocuparse de una alimentación adecuada.
Cómo prevenir el burnout
La historia de Julián no da una muestra de las devastadoras consecuencias del burnout en la salud de los trabajadores y en su desempeño laboral, y de cómo, al mismo tiempo, esta situación acarrea en la empresa grandes pérdidas de talento y compromiso que, sin embargo, necesita de su capital humano si quiere alcanzar la excelencia.
Si bien no podemos rebobinar el tiempo y cambiar el pasado de Julián y el de la empresa en la que trabajaba, sí podemos aprender de su experiencia para prevenir que otros sufran el mismo destino.
En este sentido, una de las medidas más importantes que se podrían haber tomado en el caso de Julián es haberle brindado la formación adecuada para comprender, prevenir y abordar el burnout.
La formación en burnout proporciona a los trabajadores las herramientas que necesitan para:
- Identificar las señales de alerta: Reconocer los síntomas físicos, emocionales y conductuales del burnout en sí mismos y en sus compañeros.
- Comprender las causas: Identificar los factores individuales, organizacionales y sociales que pueden contribuir al burnout.
- Desarrollar estrategias de afrontamiento: Implementar técnicas para manejar el estrés, mejorar la gestión del tiempo, establecer límites y fomentar el bienestar personal.
- Comunicarse de manera efectiva: Expresar sus necesidades y preocupaciones a sus supervisores y compañeros de trabajo de manera asertiva.
- Buscar ayuda profesional: Saber cuándo y dónde buscar ayuda especializada para abordar el burnout.
Una fuerza laboral capacitada en prevención del burnout puede:
- Reducir el absentismo y la rotación de personal: Los trabajadores que comprenden y saben cómo manejar el burnout son menos propensos a ausentarse del trabajo o a renunciar.
- Mejorar la productividad y el rendimiento: Un personal sano y motivado es más productivo y eficiente.
- Crear un ambiente de trabajo más positivo: La formación en burnout puede fomentar una cultura de apoyo y comprensión en el lugar de trabajo.
En el caso de Julián, si hubiera recibido la formación adecuada, habría tenido herramientas para identificar las señales de alerta del burnout en una etapa más temprana y tomar medidas para prevenirlo. También podría haber aprendido estrategias para afrontar el estrés y comunicarse de manera efectiva con sus supervisores y compañeros de trabajo. La formación posibilita la implicación activa de empleadores y empleados en el autocuidado y la protección de sus equipos.
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