La Ley de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL) establece de manera clara que «el trabajo debe adaptarse a la persona» (art. 15.1.b). Este principio no solo es un deber legal, sino que también es fundamental para el bienestar de los empleados y para minimizar el riesgo de accidentes y enfermedades laborales. Llevar la ergonomía del papel a la realidad implica más que realizar simples ajustes. Se requiere una visión integral que contemple el diseño del puesto, la organización de tareas, y la formación específica y obligatoria que permita a cada trabajador reconocer y gestionar los riesgos en su entorno.
La mala ergonomía: principal causa de accidentes y enfermedades laborales
Hoy en día, la falta de medidas ergonómicas en el trabajo es la primera causa de accidentes y enfermedades laborales. Según el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, más del 30% de los accidentes laborales están relacionados con sobreesfuerzos físicos. Este panorama es alarmante, especialmente cuando se considera que el 70% de las enfermedades profesionales están vinculadas a trastornos musculoesqueléticos.
Aumenta el riesgo de accidentes
La ausencia de medidas ergonómicas aumenta el riesgo de accidentes, afectando al bienestar de los trabajadores. Por ejemplo, una trabajadora embarazada que no tiene un lugar de trabajo adaptado puede experimentar complicaciones que afectan su salud y la de su bebé. Asimismo, un empleado mayor que trabaja en un puesto que no se ajusta a su capacidad física puede sufrir lesiones graves al realizar tareas que exigen un esfuerzo físico excesivo.
Además, un operario que utiliza herramientas que no están adaptadas a su tamaño corporal podría desarrollar lesiones crónicas en las muñecas o los hombros, lo que podría llevar a la incapacidad temporal o permanente.
En este contexto, es importante señalar que la LPRL, en su artículo 25, establece la necesidad de adaptar los puestos de trabajo para proteger a los trabajadores que son especialmente sensibles a ciertos riesgos. Abordamos este tema en detalle en nuestro artículo sobre cómo proteger a las personas trabajadoras especialmente sensibles (TES).
Más allá de posturas y movimientos
También es importante destacar que la ergonomía aborda mucho más que la forma en la que nos movemos o las posturas que adoptamos. Tiene en cuenta factores físicos, cognitivos, sociales y ambientales. Es un enfoque integral donde cada factor cuenta y donde la intervención adecuada reduce la carga física y el riesgo de lesiones.
Obligaciones de las empresas en materia de ergonomía
La LPRL impone a las empresas la obligación de aplicar medidas que garanticen la seguridad y salud de los trabajadores. Esto incluye:
- Medidas Técnicas: Adaptar equipos y mobiliario para minimizar el esfuerzo físico innecesario. Esto no solo implica ajustar la altura de mesas y sillas, sino también garantizar que las herramientas estén organizadas a una distancia adecuada.
- Diseño Físico del Puesto: Asegurar que los trabajadores puedan mantener posturas cómodas y trabajar a un ritmo que respete sus capacidades. La adaptación debe realizarse de manera individualizada, teniendo en cuenta las características específicas de cada trabajador.
- Organización de Tareas: La distribución equilibrada de las tareas y el establecimiento de tiempos de descanso son fundamentales para la salud física y mental de los empleados.
Formación específica en ergonomía
Uno de los puntos más importantes se encuentra en el artículo 19 de la LPRL, que establece que los trabajadores deben recibir formación adecuada en materia de prevención de riesgos laborales. Esto incluye capacitación específica sobre ergonomía y cómo se aplica a sus puestos de trabajo. La formación en ergonomía no puede ser un proceso cerrado; debe evolucionar con cada cambio en el entorno laboral y garantizar un aprendizaje práctico y ajustado a cada realidad laboral.
En Digital Preventor, diseñamos contenidos y módulos específicos para que la formación se adapte a las necesidades y los cambios de cada puesto de trabajo.
Algunos aspectos clave que debe incluir esta formación son:
- Identificación y gestión de factores ergonómicos, desde la postura hasta las condiciones ambientales.
- Información sobre lesiones comunes, técnicas de levantamiento y la importancia de pausas regulares.
- Directrices prácticas para realizar ajustes sencillos en los puestos de trabajo.
En un entorno laboral donde la siniestralidad sigue aumentando, la salud y seguridad en el trabajo deben ser prioridades en cualquier política empresarial. Asegurarnos de que el trabajo se ajuste a las capacidades de cada persona es fundamental para un entorno laboral seguro y saludable. La formación en ergonomía debe ser dinámica y actualizada, garantizando que los trabajadores siempre tengan acceso a la capacitación más relevante.
Invertir en formación ergonómica no solo previene accidentes, sino que empodera a los trabajadores, promoviendo su bienestar y un ambiente de trabajo más seguro y productivo.
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