A las puertas de 2024, queremos reflexionar sobre la necesidad y posibilidad de un cambio: mejorar la seguridad y la salud laboral. Sin perder de vista los logros y lecciones aprendidas, debemos prepararnos para los retos que aún quedan por superar. Veamos el nuevo año como una oportunidad de mejora. La autocrítica, la empatía, la comunicación y la colaboración son aspectos en los que debemos trabajar para lograr el propósito de construir un futuro laboral más seguro y saludable.
Avances significativos en prevención de riesgos laborales
En los últimos años hemos presenciado hitos significativos en la promoción de ambientes laborales seguros. Como entregas de premios a empresas referentes en prevención de riesgos laborales. Destaca entre las compañías reconocidas la integración de actividades preventivas, como formación y comunicación; la incorporación de programas para la mejora de habilidades de liderazgo y la promoción de cultura preventiva.
Cada logro merece ser celebrado, pues cada paso que damos en seguridad y salud laboral nos beneficia a todos y a todas, además de fortalecer la posición de nuestra empresa y nuestra imagen corporativa.
Retos pendientes en prevención de riesgos laborales
Pero, a pesar de los logros, no podemos perder de vista la proliferación de accidentes laborales y las enfermedades relacionadas con el trabajo. La falta de autocrítica; la mala comunicación y ausencia de empatía; la resistencia al cambio y las deficiencias que muchas organizaciones presentan aún en formación y concienciación son algunos de los principales retos que, con esfuerzo colectivo, podemos superar.
Es por ello que hacer una reflexión anual sobre la cultura preventiva de nuestra empresa, no es en absoluto un ejercicio simbólico. Es una herramienta poderosa para aprender, mejorar y seguir avanzando en materia de prevención e ir más allá de considerarla un trámite legal. Vamos a ver algunos de los retos que, desde las empresas, urge abordar en la prevención de riesgos laborales.
Priorizar la salud mental
Una tarea pendiente en prevención de riesgos en el lugar de trabajo es promover el bienestar mental de los trabajadores y trabajadoras. La salud mental se ha visto afectada por las recientes crisis sociales, sanitarias y económicas, así como por los cambios y avances tecnológicos, e incide directamente en la productividad y el rendimiento. Se requiere un cambio de paradigma en el que el capital humano sea considerado el activo más valioso de la empresa, a quienes debemos cuidar y facilitar políticas y modelos de organización que ayuden a que los trabajadores y trabajadoras puedan adaptarse a todos esos cambios y dificultades y a que encuentren un equilibrio saludable entre vida personal y profesional. Se trata de un aspecto cada vez más valorado por los profesionales, incluso por encima del salario.
En este contexto, es importante mejorar la identificación y evaluación de riesgos psicosociales, y tener presente que estos riesgos pueden impactar muy negativamente en el bienestar mental y calidad de vida de la plantilla, además de en la productividad y en la reputación de nuestra empresa. Estos riesgos pueden derivarse de un mal liderazgo, una mala estructura dentro de la empresa, deficiencias en la comunicación, brechas de género, sobrecarga de trabajo y responsabilidades o ausencia de desconexión digital. Es por ello que, como empresa, debemos revisar y organizar todos estos aspectos desde un enfoque preventivo.
Problemas de salud mental, segunda causa de baja médica en España
El porcentaje de bajas laborales por motivos psicológicos va en aumento. Y aunque la pandemia de Covid-19 ha supuesto una mayor concienciación sobre salud laboral y una mayor atención a la salud mental, las empresas todavía no abordan el problema en su magnitud. Según un informe realizado por Zeres Abogados, la depresión y otros problemas de salud mental son la segunda causa de baja médica en España y constituyen un 25% del total de las incapacidades temporales.
En el año 2023, hemos sido testigos de dos sentencias que han reconocido el suicidio de dos trabajadores como accidentes laborales. Sentencias que suponen un avance en el reconocimiento de los accidentes causados por riesgos psicosociales, pero que representan también pruebas lamentables de una gestión claramente ineficaz, o ausente en muchos casos, de dichos riesgos.
Autocrítica y capacidad de rectificar
Hace pocas semanas, asistimos a la noticia de los despidos en la empresa Spotify. Lo más impactante de este caso es que la compañía lo anunció a los trabajadores a través de un comunicado masivo por correo electrónico. Un gran poder conlleva una gran responsabilidad, y casos como este dan muestra de una enorme falta de empatía y una carencia de habilidades comunicativas y de liderazgo, que han de ser identificadas y corregidas para evitar riesgos irreversibles.
Por eso, es importante que los líderes y altos cargos estén capacitados para abordar situaciones adversas minimizando el impacto, no solo en la empresa, sino también y por encima de todo en la salud y en la seguridad de los trabajadores y trabajadoras.
Examinar de manera crítica nuestras acciones, decisiones y prácticas equivocadas debe ser una prioridad que nos va a permitir:
- Identificar aquello que debemos mejorar, por ejemplo, en la comunicación interna.
- Mejorar el clima laboral
- Mostrar una actitud positiva que servirá de ejemplo a los demás miembros del equipo y a toda la plantilla.
Liderar y gestionar el cambio
Identificar áreas de mejora no servirá de mucho si no pasamos a la acción. Una vez detectadas esas áreas, debemos emprender las acciones necesarias para liderar y gestionar los cambios deseados. Los procesos de cambio pueden presentar muchas dificultades y obstáculos. Aquí, la formación puede convertirse en nuestra gran aliada.
Adaptabilidad, resiliencia, innovación, creatividad, comunicación, toma de decisiones y motivación son habilidades que ha de reunir un líder a la hora de gestionar el cambio. Además, deberá transmitir confianza y demostrar cómo el cambio contribuirá al éxito a largo plazo de la organización y al desarrollo profesional individual. Solo así conseguiremos el compromiso del resto del equipo.
Formación de calidad, y no sólo la obligatoria
Proporcionar formación específica en PRL a cada miembro de la empresa (incluyendo la dirección y los mandos intermedios) debe ser una prioridad para conseguir entornos laborales sostenibles y prósperos. No nos referimos sólo a aquellas formaciones obligatorias que garantizan el cumplimiento normativo, sino también a aquellas formaciones complementarias, claves para la construcción de una cultura preventiva. Formaciones que, además, la empresa puede bonificar.
Debemos valorar, por ejemplo, qué habilidades blandas necesita desarrollar nuestro equipo para conseguir una mayor implicación por su parte en la toma de decisiones y en tareas que exijan un mayor grado de autonomía. En este sentido, facilitar a los trabajadores y trabajadoras formaciones que enseñen a organizarse mejor, comunicar de manera efectiva, tomar decisiones importantes o adaptarse a situaciones cambiantes, son también medidas necesarias para prevenir posibles riesgos en el trabajo.
También es importante asegurarnos de que la formación no aburra a los alumnos. En Digital Preventor trabajamos para que nuestras formaciones sean de calidad, a la vez que motivadoras. Mediante la inclusión de métodos interactivos, elementos visuales y casos prácticos con los que los alumnos puedan sentirse identificados, apostamos por formaciones dinámicas, con contenidos capaces de despertar interés y que permanecen.
Incluir la perspectiva de género y promover el respeto
Las acciones de sensibilización y formación en materia preventiva deben incluir la perspectiva de género y promover el respeto. Es responsabilidad de la empresa proporcionar formación en igualdad y prevención del acoso laboral a sus empleados. En Digital Preventor facilitamos los recursos formativos necesarios para garantizar ambientes laborales seguros y respetuosos. Ofrecemos una amplia variedad de cursos y píldoras formativas especializadas en igualdad, desde la formación básica obligatoria hasta programas completos para prevenir el acoso laboral y gestionar los recursos humanos con una perspectiva de género.
Proporcionar los recursos necesarios
Prevenir es siempre una inversión, no un gasto. Junto a la formación y sensibilización, debemos asegurarnos de proporcionar todos los recursos preventivos necesarios. Desde profesionales de la seguridad y la salud laboral hasta los materiales y las tecnologías que garanticen la protección efectiva de los trabajadores, el medio y la empresa. De estos recursos dependerá la ejecución efectiva de las estrategias preventivas. Y aquí, la colaboración de la dirección es, de nuevo, la clave.
Involucrar a toda la plantilla en la seguridad y la salud laboral
Si queremos que la seguridad se convierta en una responsabilidad compartida, uno de los principales retos es conseguir que todo el mundo se involucre. Para conseguirlo, debemos:
- Proporcionar formación de calidad.
- Motivar para evitar que los trabajadores y trabajadoras teman informar de posibles riesgos o “fallos”.
- Escuchar a todos los miembros del equipo, teniendo en cuenta que nos pueden proporcionar información valiosa y real sobre posibles riesgos del trabajo que realizan.
- Establecer canales de comunicación claros que hagan posible la transmisión de situaciones de riesgo y de propuestas de medidas.
Auditorías regulares
La realización de auditorías del sistema PRL debería ser una práctica periódica. Estas revisiones no sólo aseguran el cumplimiento normativo, sino que ayudan a identificar áreas de mejora y fortalecen el compromiso continuo con la seguridad.
En resumen, la prevención de riesgos laborales debe dejar de ser (solamente) un requisito legal, para convertirse en un propósito colectivo y en una oportunidad para cambiar y redefinir la cultura y los valores de nuestra empresa, independientemente de su tamaño y actividad. Un propósito al que debemos aspirar las empresas y todas las personas que las forman: proteger y protegernos a la vez que que construimos entornos laborales sostenibles, en el que el bienestar de todos sus miembros sea una prioridad.
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