En nuestra anterior publicación, proporcionamos algunas claves para la identificación de compañeros tóxicos. Enfatizamos la importancia de estar atentos y preparados para reconocer ciertas señales de alerta que pueden manifestarse en nuestras emociones, en el ambiente laboral y en los comportamientos específicos de las personas con las que interactuamos de manera tóxica. Es crucial ser capaz de detectar estas señales a tiempo, pero, ¿qué hacer cuando nos damos cuenta de que tenemos un compañero tóxico? Uno de los principales retos que enfrentamos aquí es la sensación de impotencia; a menudo tememos que actuar sólo agrande el problema en lugar de resolverlo. Sin embargo, la realidad es que debemos enfrentar la situación y abordarla antes de que afecte gravemente nuestro desempeño y nuestra salud. Si deseas saber cómo protegerte de compañeros tóxicos o ayudar a tu equipo a conseguirlo, presta atención a las siguientes recomendaciones.
Qué hacer para que no te afecte una persona tóxica en el trabajo
Antes de nada, debes ser capaz de reconocer que todos estamos expuestos a caer en comportamientos tóxicos, a menudo sin ser conscientes de ello. Nos resulta fácil señalar los errores de los demás, mientras ignoramos nuestras propias debilidades o tendencias negativas. Pregúntate primero si eres tú el problema y reflexiona sobre tu propio comportamiento para discernir si has hecho algo que pueda haber causado algún daño a la otra persona.
Ahora bien, ante la presencia de un compañero tóxico, nuestro primer consejo es no permitir que el problema crezca y se vuelva más difícil de abordar. En lugar de apartar el problema, enfréntalo. Con estas premisas claras, es momento de pasar a la acción. Aquí tienes estrategias para lidiar con compañeros tóxicos:
Enfócate en encontrar soluciones para evitar un círculo de toxicidad
Mantén tu atención en buscar soluciones constructivas y alcanzar resultados, en lugar de centrarte en el comportamiento negativo del compañero. Buscar soluciones implica actuar de manera reflexiva y consciente, considerando lo mejor para ti y tus compañeros. Te proponemos algunas acciones que pueden ayudarte a resolver el problema:
Dialoga de manera honesta y constructiva
Aborda el problema de manera abierta y honesta con el compañero tóxico; expresa tu incomodidad, deja claro qué comportamientos no estás dispuesto a tolerar y explícale, con argumentos, tus razones y tus propuestas para encontrar una solución mutuamente satisfactoria.
Intenta empatizar con la otra persona
Trata siempre de comprender la situación de la otra persona, poniéndote en su lugar. Quizás descubras que está superada por circunstancias adversas que no tienen nada que ver contigo. Sea como sea, partir desde esta postura comprensiva y conciliadora, siempre te acercará más a la solución.
Acude a un superior o a Recursos Humanos
Existen situaciones en las que acudir a tu superior o a un profesional de recursos humanos se hace imprescindible: si el diálogo no funciona; si el comportamiento persiste; y si detectas que la persona tóxica está actuando con el objetivo de boicotear tu trabajo, como por ejemplo, ocultándote información relevante, atribuyéndote errores de otros, o desprestigiando tu trabajo ante los responsables, etcétera. En estos casos de manipulación y boicot, debes exponer de manera asertiva la situación a un superior, para que sea él quien medie antes de que termine afectando a tu salud, al desempeño de todo el equipo y a la empresa.
No dejes que las emociones te hagan perder el control de la situación
Es normal sentirse agredido cuando un compañero de trabajo tiene un comportamiento grosero o irritante. Sin embargo, para que la presencia de un compañero tóxico no te sobrepase, es fundamental que mantengas la compostura y que te centres en preservar tu autoestima. La capacidad de autocontrol y la confianza en tu trabajo son herramientas clave a la hora de afrontar una situación de toxicidad laboral. Te damos algunos consejos para conseguirlo:
No permitas ser arrastrado a su terreno
Esto no significa que reprimas tus emociones o evites el conflicto, sino que no te rebajes a su nivel en una confrontación. Se trata de ser más asertivos, de decir lo que piensas, sí, y de establecer firmemente tus límites, pero siempre de forma respetuosa, sin atacar al otro. Es mejor no entrar en una batalla que sólo te llevará al desgaste.
No critiques su comportamiento con los demás compañeros
Aunque a veces, sientas que hacerlo es un desahogo, recuerda que criticar al compañero tóxico con otros colegas no deja de ser también una conducta tóxica, que no os llevará a encontrar solución alguna, sino a contaminar el ambiente y acarrear problemas más graves, como por ejemplo, que la persona tóxica se sienta marginada por el grupo o que llegue a producirse incluso una situación de acoso laboral. Si varias personas habéis detectado la presencia tóxica, la vía constructiva es acudir a un superior o a Recursos Humanos para exponerle la situación.
Confía en el buen trabajo que haces
Otro aspecto crucial para protegerse del impacto de compañeros tóxicos es confiar en el buen trabajo que realizas. Muchos comportamientos tóxicos están dirigidos a desvalorizar nuestro desempeño y minar la confianza en nosotros mismos. Sin embargo, es fundamental mantener una sólida autoestima y creer en la calidad de nuestro trabajo. Recuerda tus logros y reconoce tu valía profesional, incluso cuando recibes críticas o comportamientos negativos por parte de otros
Establece límites entre trabajo y vida personal
No te lleves el problema a casa, no dejes que la negatividad del trabajo se extienda a tu vida personal. Emplea tu valioso tiempo libre en hacer cosas que te ayuden a mantener a salvo tu confianza y tu autoestima: descansar, hacer lo que te gusta y pasar tiempo con los tuyos es el mejor impermeable contra la toxicidad.
Formación en habilidades sociales adaptada a la realidad laboral
Lidiar con compañeros tóxicos puede ser una tarea desafiante y agotadora. Las herramientas y estrategias que hemos explorado son solo algunas de las muchas posibles para protegerte y enfrentar esta situación. Reconocemos que no es fácil y que cada situación puede requerir un enfoque diferente. Sin embargo, lo más importante es buscar soluciones constructivas, gestionar las emociones y establecer límites entre el trabajo y la vida personal.
¿Por qué, entonces, algo tan aparentemente sencillo como interactuar con personas puede resultar tan difícil? La respuesta radica en la carencia de habilidades sociales y competencias emocionales. Rara vez recibimos formación al respecto, y mucho menos una formación adaptada a la realidad laboral. Esta falta de preparación no se valora hasta que nos encontramos atrapados en una situación conflictiva, como es el caso de una relación tóxica en el trabajo.
Como expertos en el cuidado integral del trabajador, entendemos la importancia de estar capacitado en habilidades comunicativas específicas para el entorno laboral. Pasamos una gran parte de nuestras vidas en él, y la interacción con los demás es inevitable, por lo que es esencial desarrollar estas habilidades para el mantenimiento de un ambiente laboral saludable y productivo.
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