¿Qué tiene que saber una pyme sobre la Prevención de Riesgos Laborales (PRL)? La respuesta es clara: todo lo necesario para proteger a su equipo y cumplir con la ley. En muchas pequeñas empresas, la PRL se percibe aún como un trámite o un papeleo que «hay que tener». Sin embargo, aplicar la PRL de forma práctica y eficaz marca la diferencia entre el buen funcionamiento diario y situaciones críticas que podrían haberse evitado.
En este artículo encontrarás una guía clara y estructurada para empezar con la PRL en tu pyme, paso a paso.
¿Por qué la PRL es clave en las pequeñas empresas?
En muchas pymes, la prevención de riesgos laborales (PRL) se sigue viendo como un trámite. Pero cuando se integra en el día a día de la empresa, no solo reduce accidentes y evita sanciones: mejora la productividad, la calidad del trabajo y protege el futuro del negocio.
No se trata de acumular papeles, sino de tomar decisiones sencillas y continuas que protegen a las personas y a la empresa.
Radiografía de las pymes en España (2025)
España sigue siendo un país de pymes. Actualmente, hay 2.969.238 pymes (0–249 asalariados); de ellas, 1.343.759 cuentan con asalariados y 1.625.479 no tienen plantilla. Según su tamaño:
- Microempresas (1–9 empleados): 1.136.399 empresas
- Pequeñas empresas (10–49 empleados): 177.593 empresas
- Medianas empresas (50–249 empleados): 29.767 empresas
Estas empresas emplean en conjunto a más de 11,65 millones de personas, más de la mitad del empleo total nacional. Representan el verdadero núcleo del tejido productivo español.
Estos datos son los últimos disponibles al momento de redacción del artículo. Se actualizarán cuando se publiquen las cifras del cuarto trimestre de 2025.
¿Por dónde empieza una pyme con la prevención?
El primer paso es organizar la prevención para que tenga utilidad real. La ley permite varias modalidades de organización preventiva, según el tamaño y características de la empresa.
Modalidades de gestión de la PRL según el tamaño:
- El empresario puede asumir personalmente la actividad preventiva, siempre que se cumplan todas estas condiciones:
- La empresa tenga hasta 10 trabajadores (o hasta 25 si existe un único centro de trabajo)
- No realice actividades peligrosas incluidas en el Anexo I del RD 39/1997
- El empresario trabaje habitualmente en el centro y tenga formación suficiente para las funciones preventivas
- Designar a uno o varios trabajadores para llevar a cabo la prevención, siempre que tengan la formación adecuada y los medios necesarios.
- Crear un servicio de prevención propio, obligatorio para determinadas actividades de riesgo o empresas de mayor tamaño.
- Adherirse a un servicio de prevención mancomunado, compartido entre varias empresas, si así conviene por la actividad o ubicación.
- Contratar un Servicio de Prevención Ajeno (SPA), una de las modalidades más habituales en pymes, que permite externalizar gran parte de las funciones técnicas.
Lo que dice la ley (RD 39/1997, art. 11): El empresario podrá asumir personalmente la actividad preventiva, con excepción de la vigilancia de la salud, cuando se trate de una empresa de hasta diez trabajadores, que desarrolle su actividad en un único centro de trabajo y que no esté incluida en el anexo I, siempre que desarrolle de forma habitual su actividad profesional en dicho centro y tenga la capacidad correspondiente a las funciones preventivas que va a desarrollar.
Dos pilares básicos en cualquier modalidad preventiva
Sea cual sea la modalidad elegida, hay dos obligaciones que no cambian:
- La empresa siempre es responsable del cumplimiento de la PRL, incluso si contrata un SPA.
- La vigilancia de la salud nunca puede ser asumida directamente por el empresario y debe concertarse con personal sanitario acreditado.
La prevención se convierte en algo útil solo cuando se aplica con criterio: identificando riesgos reales y asignando quién hace qué.
Acciones prácticas para implantar la PRL en tu pyme
Organizar la prevención correctamente es solo el primer paso. A partir de ahí, toca ponerla en práctica.
- Analiza la normativa vigente en PRL
Revisa las leyes y reglamentos aplicables a tu sector y tamaño de empresa (como la Ley 31/1995 y el RD 39/1997). Esto te asegurará que estás cumpliendo desde el principio. - Designa a una persona responsable de PRL
Puede ser alguien del equipo con formación adecuada o una persona externa. Lo importante es que tenga autoridad y capacidad para gestionar la prevención. - Contrata un servicio de prevención ajeno (SPA)
Si no dispones de recursos internos, externaliza la PRL con un SPA acreditado. Ellos realizarán evaluaciones, formaciones y asesoramiento técnico especializado. - Realiza una evaluación inicial de riesgos
Identifica los riesgos laborales de cada puesto de trabajo. Es el primer paso para saber qué hay que mejorar. - Clasifica los riesgos detectados
Agrupa los riesgos por tipo: físicos, químicos, ergonómicos, psicosociales, etc. Esto te permite priorizar las medidas preventivas. - Elabora un plan de acción preventivo
Define medidas concretas para reducir los riesgos. Incluye responsables, plazos y recursos necesarios. - Redacta y comunica la política de PRL
Este documento refleja el compromiso de la empresa con la seguridad. Debe ser claro, accesible y conocido por toda la plantilla. - Documenta todos los procedimientos y actuaciones
Guarda evidencias de evaluaciones, formaciones, entrega de EPIs, inspecciones, etc. Esto demuestra cumplimiento ante inspecciones. - Incluye la formación en PRL de forma adecuada y continua
La formación capacita a las personas para prevenir riesgos. En una pyme, donde hay menos supervisión, esto es clave. - Establece instrucciones de trabajo seguras
Describe cómo realizar cada tarea de forma segura. Las instrucciones deben estar disponibles y actualizadas. - Entrega los EPIs adecuados y verifica su uso
Asegúrate de proporcionar equipos de protección individuales acordes a los riesgos del puesto y que se usen correctamente. - Señaliza correctamente las zonas de riesgo
Utiliza señalización clara y visible en zonas peligrosas (productos químicos, escaleras, maquinaria, etc.). - Define protocolos de actuación ante emergencias
Incorpora planes específicos para incendios, accidentes graves o evacuaciones. El personal debe conocerlos y saber aplicarlos. - Informa al personal de los protocolos de emergencia
A través de sesiones informativas o simulacros. Una buena preparación puede evitar daños mayores. - Crea un sistema de comunicación de incidentes
Establece un canal para que los trabajadores puedan reportar condiciones inseguras o accidentes. La comunicación es clave para prevenir. - Programa revisiones periódicas de seguridad
Revisa instalaciones, equipos y condiciones de trabajo con frecuencia. Detectar fallos a tiempo es prevenir. - Incluye la PRL en reuniones de equipo
Hablar periódicamente de seguridad en el día a día ayuda a consolidar una cultura preventiva. - Fomenta la participación de las personas trabajadoras
Escuchar a quienes realizan las tareas permite detectar riesgos antes y mejora la eficacia de las medidas. - Actualiza la evaluación de riesgos al menos una vez al año
También debe actualizarse si hay cambios significativos en procesos, equipos o personal. - Audita periódicamente la eficacia del plan de PRL
Revisa si las acciones preventivas están funcionando y haz los ajustes necesarios. Es parte de la mejora continua.
Formación, salud y participación: tres claves que atraviesan todo el plan
A lo largo de las 20 acciones anteriores, hay tres elementos transversales que hacen que un plan de PRL sea realmente eficaz en una pyme:
- Formación continua: No basta con formar una vez al equipo. La formación debe renovarse cuando cambian los procesos o se detectan nuevos riesgos. Capacitar a las personas para prevenir es especialmente clave en empresas pequeñas, donde hay menos supervisión directa.
- Vigilancia de la salud y bienestar: Detectar patrones (como molestias musculares repetidas, fatiga visual o estrés) permite adaptar tareas y prevenir bajas. Además, una buena vigilancia facilita reincorporaciones más seguras tras una ausencia, evitando recaídas.
- Participación activa del equipo: La mejor forma de conocer los riesgos reales es escuchar a quienes hacen el trabajo. Establecer canales de comunicación claros y dar seguimiento a las propuestas del equipo no solo mejora la seguridad, sino que refuerza la implicación y el clima laboral.
¿Cómo saber si tu plan de PRL funciona?
La mejor señal de que una estrategia preventiva está viva es que evoluciona. Algunos indicadores clave:
- Las medidas se ejecutan dentro de los plazos previstos.
- Aumentan los reportes de condiciones inseguras o errores menores.
- El equipo recuerda lo aprendido en formación… y lo aplica.
- Las reuniones incluyen menciones espontáneas a temas de seguridad.
- La empresa mejora su clima laboral, incluso más allá de la PRL.
La prevención en pymes no es un destino, sino un camino. Si cada trimestre se identifican e implementan dos mejoras relevantes, se estarán reduciendo riesgos reales y reforzando la calidad del trabajo.
Empieza por lo más crítico, involucra a tu equipo y mantén el compromiso. La seguridad también es una forma de crecer.