Cultivar una cultura preventiva sólida se presenta como una de las necesidades imperantes para cualquier empresa que aspire a ser saludable. Más allá de reaccionar ante desafíos, las empresas saludables reconocen la necesidad de anticiparse a los problemas y saber gestionar eficazmente los riesgos.
Pero las claves de una cultura preventiva van mucho más allá de la gestión y la prevención de riesgos. Trabajar en la construcción de una cultura preventiva traerá consigo innumerables virtudes que impregnarán a la empresa, a sus miembros y a la sociedad.
Exploramos en este artículo los principios fundamentales que rigen una cultura preventiva y aportamos algunas ideas que pueden ponerse en práctica para forjar el camino hacia la empresa saludable y sostenible. Veremos que la participación de la dirección y los trabajadores son condiciones necesarias para conseguirlo.
Definiendo la cultura preventiva
Hablamos de cultura preventiva para referirnos al conjunto de valores, actitudes, comportamientos y prácticas compartidas dentro de una organización que promueven la prevención de riesgos, la seguridad y la salud en el lugar de trabajo. Esta cultura implica que los miembros de la organización, desde la alta dirección hasta los empleados del nivel operativo, están comprometidos con la adopción proactiva de medidas para prevenir accidentes, enfermedades laborales y otros riesgos de cualquier índole que estén relacionados con la actividad laboral.
Aspectos clave de una cultura preventiva:
Reducción de riesgos y resiliencia empresarial
Se identifican y se abordan los riesgos antes de que se conviertan en problemas significativos. Esta mentalidad preventiva de anticiparse a posibles dificultades protege a cada una de las personas que conforman la empresa, a la empresa misma y a su reputación.
La cultura preventiva contribuye a la resiliencia empresarial al anticipar y gestionar riesgos a largo plazo, incluidos aquellos relacionados con el cambio climático, la escasez de recursos y las expectativas cambiantes de los consumidores.
Clima laboral positivo
Un clima laboral positivo, que promueva la comunicación abierta, es esencial para transmitir información relevante sobre prácticas preventivas, riesgos y medidas de seguridad. Cuando los empleados se sienten libres de expresar sus preocupaciones, se pueden abordar los problemas de seguridad de manera más efectiva.
Responsabilidad compartida
Todos en la organización comparten la responsabilidad de mantener un entorno de trabajo seguro. Esto incluye tanto a la alta dirección, que establece políticas y asigna recursos, como a los empleados que adoptan procedimientos seguros en su trabajo diario, y participan activamente en la identificación y corrección de posibles riesgos.
Cada una de las personas de la organización es conscientes de los riesgos asociados con sus tareas y están comprometidos a tomar medidas para prevenirlos.
Aprendizaje continuo
La cultura preventiva trae consigo el aprendizaje de los errores cometidos e incidentes. Los errores conllevan oportunidades de aprendizaje y mejora, si, en lugar de buscar culpables, buscamos entender las causas y mejorar los procesos para evitar la repetición.
Eficiencia operativa
La prevención también optimiza procesos. Una cultura preventiva fomenta la eficiencia operativa al identificar áreas de mejora continua y alentar la adopción de mejores prácticas.
Sostenibilidad y responsabilidad social
La adopción de prácticas que minimizan el impacto ambiental contribuye a la preservación del entorno y también reduce los riesgos asociados con posibles daños ambientales que podrían afectar la salud y seguridad de los trabajadores y la comunidad en general.
Prácticas sostenibles, como el uso eficiente de recursos y la gestión de residuos, pueden aumentar la eficiencia operativa (y reducir costes) a la vez que protegemos el medio ambiente.
Además, la integración de la sostenibilidad en la cultura preventiva refleja un compromiso con la responsabilidad social empresarial.
Cuidado del talento
Los empleados están cada vez más interesados en trabajar para empresas que demuestran un compromiso con la seguridad y el bienestar de los empleados y con la sostenibilidad. El fomento de prácticas laborales seguras y la atención a la salud mental y física de los trabajadores trae también como resultado positivo la retención del talento.
Cómo construir una cultura preventiva sólida en la empresa
Como acabamos de ver, la cultura preventiva impregna absolutamente todo el tejido empresarial, en sus diferentes capas y niveles. Por lo tanto, la cultura preventiva genera un entorno en el que la seguridad y la prevención de riesgos son valores fundamentales, que van a guiar la forma en que los miembros de la organización se relacionan con la seguridad y el modo en que realizan su trabajo diario.
Debemos tener en cuenta que la construcción de una cultura preventiva no es solo una inversión a corto plazo, sino una estrategia para el crecimiento sostenible y la resiliencia a lo largo del tiempo. Traerá consigo reducción de costes asociados con accidentes y enfermedades, pero también una mejora continua de la reputación y la competitividad.
Liderazgo comprometido y participación de los trabajadores para el fortalecimiento de una cultura preventiva
Es necesario que se de una colaboración entre dirección, los empleados y los técnicos de prevención para construir un entorno de trabajo seguro y saludable. Vamos a ver a continuación algunas prácticas que pueden llevarse a cabo, en colaboración con los líderes y los trabajadores, encaminadas a cambiar la percepción de la prevención de riesgos laborales y al fortalecimiento de una cultura preventiva en la empresa.
Liderazgo y ejemplo desde la Dirección
Los líderes deben mostrar un compromiso visible con la seguridad en el trabajo:
- Incorporando la seguridad y la prevención de riesgos como parte integral de la estrategia empresarial y los objetivos de la organización.
- Facilitando los recursos necesarios para que los profesionales de la seguridad puedan desarrollar programas eficientes de seguridad y salud. Esto incluye la capacitación adecuada, equipos de seguridad, y otros recursos necesarios para mantener un entorno de trabajo seguro. Aquí se incluye el establecimiento de sistemas de retroalimentación que permitan a los trabajadores expresar sus inquietudes y sugerencias sin temor a represalias.
- Reconociendo los logros de los técnicos de prevención y destacando el impacto positivo de las medidas preventivas implementadas. Puede hacerse en reuniones de empresa, o a través de otros canales de comunicación, como boletines internos.
Participación de los trabajadores
Los trabajadores a menudo están en contacto más directo con las operaciones diarias y tienen un conocimiento práctico de los riesgos específicos asociados con sus tareas y su entorno de trabajo. Veamos algunas técnicas para involucrar a los trabajadores en la identificación y evaluación de riesgos:
- Desarrollar programas de formación para los empleados que destaquen la importancia de la prevención de riesgos y el papel vital que desempeñan los técnicos de prevención.
- Fomento de una comunicación abierta. Directores y empleados deben sentirse cómodos compartiendo preocupaciones, ideas y experiencias relacionadas con la seguridad. Una comunicación abierta facilita la identificación y solución de problemas de manera más eficiente.
- Involucrándolos en el proceso de toma de decisiones relacionado con la seguridad. Esto incluye que estén capacitados para informar sobre condiciones inseguras, proponer mejoras y participar en la planificación de medidas preventivas. Al involucrar a los trabajadores en el proceso, no solo estamos mejorando la seguridad en el lugar de trabajo, sino que estamos fomentando un sentido de responsabilidad y autonomía entre los empleados. Esto beneficia a la empresa y contribuye al desarrollo personal y profesional de cada individuo.
La recompensa de cultivar una cultura preventiva
Como hemos visto, una cultura preventiva es un proceso en el que hay que trabajar conjuntamente y a largo plazo, pero los beneficios resultantes hacen que cada paso valga la pena.
La cultura preventiva trae consigo recompensas que superan los límites de la empresa, además de inspirar a otras organizaciones y contribuir a la creación de una sociedad más segura y sostenible para todos.
- En la empresa reducimos accidentes y enfermedades laborales, mejoramos la productividad y la reputación interna y externa.
- Al involucrar a los trabajadores, fomentamos un sentido de responsabilidad y autonomía, mejorando también su desarrollo profesional y personal.
- Al incorporar prácticas sostenibles y responsables, protegemos el medio ambiente e impactamos positivamente en la sociedad.
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