El verano asoma y con él la temporada alta en la hostelería. Un sector que genera miles de empleos y dinamiza la economía, pero que también esconde riesgos laborales para sus trabajadores. La hostelería se encuentra entre los cinco sectores con mayor siniestralidad laboral en España, con 50.702 accidentes en jornada de trabajo reportados y 14 muertes en 2023. ¿Por qué este sector es tan peligroso? ¿Qué se puede hacer para proteger a los trabajadores?
La hostelería, un sector con múltiples peculiaridades y riesgos
Lo primero que debemos tener en cuenta es que la hostelería es un sector amplio y diverso, que engloba una gran variedad de profesiones y entornos de trabajo. Desde cocineros y camareros hasta personal de limpieza y mantenimiento, cada puesto de trabajo presenta sus propios riesgos específicos.
Además, existen otros factores característicos del sector, como la temporalidad y la diversidad de entornos en los que se desarrolla la actividad: desde restaurantes tradicionales hasta hoteles, pasando por bares, cafeterías y locales de ocio nocturno. Las condiciones climáticas también influyen en los riesgos laborales, ya que no es lo mismo trabajar en una terraza al aire libre en un caluroso día de verano que en un local con aire acondicionado.
Riesgos más comunes en hostelería
A pesar de la diversidad del sector, existen algunos riesgos que son comunes a la mayoría de las profesiones que lo integran. ¡Vamos a verlos!
Jornadas laborales extensas y turnos rotatorios
El ritmo frenético del sector suele implicar jornadas prolongadas y turnos variables, lo que puede ocasionar fatiga, estrés y trastornos psicosociales y aumentar la probabilidad de accidentes.
Exposición a temperaturas extremas
Las terrazas en verano suponen un riesgo adicional de sufrir golpe de calor, pero también las cocinas y zonas de servicio pueden alcanzar temperaturas elevadas, mientras que otras áreas, como las cámaras frigoríficas, presentan temperaturas muy bajas. Estas condiciones extremas pueden provocar estrés térmico y otros problemas de salud.
Riesgos higiénicos
La manipulación de alimentos, la limpieza y el contacto con residuos suponen un riesgo de exposición a agentes biológicos, químicos y físicos que pueden ocasionar enfermedades o alergias.
Riesgos ergonómicos
Las posturas inadecuadas al manipular cargas, trabajar en espacios reducidos o permanecer mucho tiempo de pie pueden provocar lesiones musculoesqueléticas a largo plazo.
Suelos resbaladizos
Las cocinas, los baños y las zonas de servicio suelen tener suelos mojados o grasientos, lo que aumenta el riesgo de caídas y trastornos del sistema musculoesquelético.
Cortes y pinchazos
El uso de cuchillos, tijeras, y otros utensilios cortantes puede provocar cortes y pinchazos, si no se saben utilizar correctamente y con las protecciones adecuadas o si los equipos no están en buen estado.
Quemaduras
Las cocinas y freidoras alcanzan temperaturas muy elevadas, lo que puede ocasionar quemaduras graves, especialmente en brazos y manos. También pueden producirse quemaduras por contacto con líquidos calientes, vapor o productos químicos.
Golpes y contusiones
La manipulación de objetos pesados, la mala organización del espacio de trabajo, las prisas, o los movimientos bruscos pueden provocar golpes y contusiones.
Contactos eléctricos
La presencia de maquinaria eléctrica y la humedad en algunas zonas de los espacios de trabajo aumentan el riesgo de descargas eléctricas.
Cada profesión, un riesgo específico
A los riesgos generales del sector, se suman los riesgos específicos de cada profesión. Por ejemplo, un cocinero tiene un mayor riesgo de quemaduras y cortes, mientras que un camarero tiene un mayor riesgo de caídas y lesiones musculoesqueléticas por el manejo de bandejas pesadas. Un profesional de la limpieza, por su parte, puede estar expuesto a productos químicos nocivos, mientras que un trabajador de una terraza al aire libre puede sufrir insolaciones o deshidratación.
Es importante que los empleadores sean conscientes de los riesgos específicos de cada puesto de trabajo y proporcionen a los profesionales la formación adaptada al puesto de trabajo para que puedan protegerse y tomar las medidas preventivas adecuadas.
La importancia de una formación en PRL adaptada
La formación en PRL se convierte en un elemento indispensable para la prevención de riesgos en el sector hostelero. Sin embargo, es fundamental que esta formación esté adaptada a las necesidades específicas de cada profesión y entorno de trabajo.
Esta formación debe permitir a los trabajadores:
- Identificar los riesgos específicos de su puesto de trabajo.
- Conocer las medidas preventivas que se deben adoptar para evitar accidentes y enfermedades.
- Desarrollar hábitos de trabajo seguros.
- Actuar de forma responsable ante situaciones de riesgo.
Un futuro más seguro para la hostelería es necesario
Un futuro más seguro no solo es posible, sino que es absolutamente necesario para garantizar la sostenibilidad y el crecimiento de un sector que genera riqueza y dinamismo, pero que, lamentablemente, sigue presentando una siniestralidad laboral inaceptablemente alta. Los accidentes laborales no solo causan dolor y sufrimiento a los trabajadores y sus familias; también generan grandes costes a las empresas y a la sociedad. Invertir en formación en PRL es una responsabilidad y también es una inversión en seguridad, salud y productividad.
En Digital Preventor, estamos convencidos de que la construcción de un futuro más seguro para la hostelería es una responsabilidad compartida entre empresas y trabajadores. Por eso, nuestras formaciones específicas y adaptadas a cada puesto de trabajo ayudan a las empresas a cumplir con sus obligaciones legales en materia de prevención, al mismo tiempo que empoderan a los trabajadores para tomar el control de su propia seguridad y la de sus compañeros.
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