La reforma laboral de 2021 cambió la regulación de los contratos temporales en España con la idea de reducir la temporalidad y fomentar la estabilidad en el empleo. Tres años después de su implementación, los datos muestran una situación más compleja: si bien han aumentado los contratos indefinidos, también se ha incrementado la rotación y la incertidumbre laboral.
En este nuevo escenario, las Empresas de Trabajo Temporal (ETT) han tenido que adaptarse, utilizando herramientas como los contratos fijos discontinuos. La pregunta clave es: ¿han conseguido estos cambios mejorar realmente la estabilidad laboral?
Principales cambios y su impacto
Descenso de la temporalidad, pero con mayor rotación
La reforma ha reducido notablemente el uso de contratos temporales. Por ejemplo, la tasa de temporalidad pasó de alrededor del 25% al 16%. En el caso de los primeros empleos, en 2019 el 78% de los contratos eran temporales, mientras que en 2023 esa cifra se redujo al 35%.
Sin embargo, aunque hoy se firman más contratos indefinidos, en muchos casos estos no aseguran una continuidad real. La Seguridad Social ha registrado un aumento en la «mortalidad» de estos contratos, lo que significa que, a pesar de ser indefinidos, su duración se acorta y se producen más despidos.
Contratos fijos discontinuos: Una alternativa imperfecta
La reforma permitió a las ETT usar contratos fijos discontinuos para cubrir necesidades temporales en diferentes empresas. Esta medida se diseñó para dar algo de estabilidad a los trabajadores, pero en la práctica a menudo genera incertidumbre. Aunque estos contratos reemplazaron a los de obra y servicio y permiten períodos regulados de inactividad mientras se espera la siguiente asignación, también han derivado en largos periodos sin trabajo y en despidos durante las fases de baja demanda.
Más contratos indefinidos, pero también más despidos
Es lógico pensar que, al limitar los contratos temporales, se aumenten los despidos en sectores donde la continuidad del trabajo no es una realidad. Con menos opciones de contratación temporal, se ven afectados aquellos sectores con picos de demanda o actividades intermitentes. Los datos muestran que, en 2024, las extinciones de empleo –debido a despidos o a rescisiones de contrato al no superar el periodo de prueba– aumentaron un 87,9% en comparación con el periodo anterior a la reforma. Esto evidencia que, a pesar de la mayor cantidad de contratos indefinidos, la estabilidad laboral real sigue siendo un reto en muchas áreas.
Impacto de la reforma en las ETT: Adaptación y desafíos
Las ETT han tenido que modificar su modelo de negocio para ajustarse al nuevo marco normativo. Estas son algunas de las principales consecuencias:
Adaptación a la normativa y cierta mejora de la estabilidad en algunos sectores
- Adaptación a la nueva normativa: La transición hacia los contratos fijos discontinuos ha permitido a las ETT continuar operando dentro de la legalidad y ofrecer soluciones a sectores con necesidades estacionales reales. Esto ha facilitado la continuidad en la actividad de muchas empresas y ha mantenido oportunidades de empleo en actividades con alta rotación.
- Mayor claridad regulatoria: La eliminación de los contratos por obra y servicio ha reducido algunas prácticas irregulares en el uso de contratos temporales. Un sistema bien diseñado de contratación temporal podría además ayudar a reducir abusos como el uso fraudulento del periodo de prueba o los despidos disciplinarios injustificados.
- Cierta mejora en estabilidad en algunos sectores: La reforma laboral ha reducido el abuso de los contratos temporales, convirtiéndolos en indefinidos cuando se usaban de forma fraudulenta para cubrir puestos permanentes. Esto ha supuesto un avance en la estabilidad y la seguridad laboral en sectores que suelen tener un carácter más estable, sin afectar de manera negativa a las Empresas de Trabajo Temporal (ETT), que gestionan la temporalidad legítima asociada a necesidades reales del mercado, como sustituciones o picos de demanda.
- Reducción de la temporalidad en el acceso al primer empleo: Uno de los efectos más notables de la reforma ha sido la disminución de la temporalidad en los contratos de los jóvenes que acceden al mercado laboral. Antes de la reforma, casi el 80% de los contratos del primer empleo eran temporales, mientras que en 2023 esta cifra cayó al 35%, con un aumento significativo de los contratos indefinidos. Este cambio ha permitido que más jóvenes tengan una mayor estabilidad en su primer contacto con el mundo laboral.
Desafíos e imperfecciones detectadas
- Persistencia de la rotación y la inestabilidad: La mayor parte de los nuevos contratos indefinidos no garantizan estabilidad real, y muchos trabajadores siguen encadenando períodos de empleo e inactividad.
- Mayor carga administrativa y regulatoria: La adaptación al nuevo marco normativo ha supuesto un desafío significativo. La gestión de contratos fijos discontinuos requiere un seguimiento más riguroso, lo que aumenta la carga administrativa y los costes operativos para las ETT.
- Falta de un marco adecuado para sectores con alta rotación: No todas las actividades económicas pueden ofrecer la misma continuidad. Sectores como la hostelería, el comercio o la logística, actividades artísticas y del ámbito de la construcción dependen de la estacionalidad y de picos de demanda. Eliminar la temporalidad sin regular adecuadamente otros aspectos puede generar efectos no deseados.
Un nuevo enfoque es necesario
A pesar de sus objetivos, la reforma laboral no ha resuelto el problema de la inestabilidad. Cambiar el tipo de contrato por sí solo no ha eliminado la incertidumbre, sobre todo en sectores donde la demanda de empleo varía constantemente. El catedrático Jesús Lahera, de Fedea, propone diseñar fórmulas contractuales más adaptadas a la realidad de cada sector. Esto permitiría ajustar tanto los contratos temporales como los indefinidos a las necesidades reales del mercado y reducir el abuso del despido como mecanismo de ajuste. La solución pasa por establecer normas claras que permitan gestionar las necesidades empresariales sin recurrir a prácticas abusivas, como por ejemplo, definir la duración de los contratos, las condiciones de despido y las compensaciones adecuadas.
Por su parte, las ETT se han adaptado a estos cambios. A medida que avance el tiempo, será clave monitorear el impacto de estas medidas en el mercado laboral y ajustar las estrategias para mejorar de forma continua la calidad del empleo.
Referencias: Fedea.net; Europapress.com; Elpais.com; Cincodias.elpaís.com; Eleconomista.es; Larazon.es